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Restricción: palabra maldita, de Pilar Rahola en La Vanguardia

Posted in Ecología, Medio ambiente, Política by reggio on 20 abril, 2008

Habrá servido para comprobar la veracidad de algunas intuiciones? Ciertamente, todo este gran despropósito que ha sido -y es- la gestión de la crisis del agua ha permitido certificar que no era oro todo lo que relucía en la bonita retórica de la izquierda verdadera. Y que años de especialización en la cultura de oposición no habían preparado a la izquierda inteligente para gobernar con un poco de inteligencia. El fiasco de Iniciativa en el Govern es tan notorio, que sólo cabe hacer acta pública y lamentar las consecuencias. Si en los tiempos revueltos de Maragall fue ERC el partido que desequilibró y ridiculizó la imagen del tripartito, en los tiempos de la disciplina montillesca es ICV quien pone medallas al fracaso.

Los dos escándalos políticos más sonados los han protagonizado los dos consellers de Iniciativa, uno gobernando Interior y consiguiendo soliviantar los ánimos de toda la policía catalana; y el otro, con el agua a cuestas, en una veloz carrera hacia el abismo. ¿Será que, cuando la ideología dogmática choca con la pragmática del poder, deja traslucir sus muchas carencias y debilidades? ¿O será que los que confunden una ideología con una religión son incapaces de caminar por los complejos vericuetos de la realidad? En cualquier caso, el tripartito actual permite confirmar lo que sospechábamos algunos: que esa gauche caviar, divina, intelectualoide, elitista y generalmente muy sobrada, y cuya verdad absoluta han paseado por la cara de todos los sufridos terrenales, esa magnífica pijoprogresía sólo tiene gracia en los suquets de Portabella. Si décadas de ICV gobernando vivienda y medio ambiente en el Ayuntamiento de Barcelona sólo han servido para tener una ciudad que expulsa ciudadanos, vende suelo público y padece niveles de contaminación estratosféricos, parece que gobernar la Generalitat sirve para aumentar proporcionalmente su nivel de ineficacia. Puro principio de Peter.

En el caso del agua, los errores se han encadenado con sorprendente celeridad, y se han cometido todos, uno a uno, día a día, en una suma y sigue de tozuda persistencia. Mala gestión de la información, mala gestión del territorio, mala gestión de las propuestas, mala gestión de los acuerdos, mala gestión de las previsiones y, finalmente, pésima gestión del global de la crisis. La última rueda de prensa del conseller Baltasar, introduciendo la palabra expropiación en referencia a los regantes, para asegurar, acto seguido, que no expropiarán, pero que pueden hacerlo, pero que no lo harán, y si lo hacen, no se dirá expropiación, etcétera, es la última bomba fétida del festival de errores de esta conselleria.

Y eso, después de invitar a irse a los sufrientes militantes de ICV de las Terres de l´Ebre que están hasta el gorro de su gestión. Pero este buen conseller ¿no tiene nadie que le aconseje? No sé; un alma caritativa que lo entretenga, mientras Montilla envía a otro a las ruedas de prensa, o unas vacaciones lejanas, con excusa de algún congreso para salvar las focas del Ártico, o unos días de balneario ecosostenible. Porque no sólo ha hecho una pésima gestión de la crisis. Es que encima se empecinan en practicar el sostenella y no enmendalla sin que nadie lo pare. En este sentido, estuvo fino el president en la entrevista con Mònica Terribas: no defendió a Baltasar. Lo salvó, que es algo bien distinto… Lo cual no exculpa a Montilla -ni a sus socios de ERC- de su decisión de mantener en el cargo a alguien tan rematadamente ineficaz.

Sobre la crisis del agua, una cuestión final. ¿Por qué no se plantea la posibilidad de que haya alguna restricción temporal en la macroárea metropolitana? Si se trata de aguantar unos pocos meses, hasta que funcione la desaladora, si quizás no haga ni falta, si las restricciones podrían ser a horas intempestivas y si todo conlleva no tocar aún más los sufridos ríos de este país ni gastar una barbaridad de dinero público, ¿por qué no se plantea? ¿Se trata de puro miedo electoral? Probablemente, aunque todo es posible en esta crónica de despropósitos. Incluso es posible imaginar que a nadie se le ha ocurrido.

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