Reggio’s Weblog

La oportuna gripe, de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo

Posted in Política by reggio on 10 enero, 2009

INSOLENCIA PASAJERA

La nieve tapa las carreteras, atasca los aeropuertos, retrasa los trenes pero también cubre las carencias políticas; todo aquello que tapa un manto blanco desaparece entre jolgorio infantil. Y si son las cifras de un paro abultado, mejor. Puede que la ministra de Fomento haga con Zapatero el mismo sacrificio que hacía Johan Cruyff con su equipo: cuando preveía un ambiente hostil, salía al campo cinco minutos antes que sus jugadores, hacía ver que repasaba el estado de la hierba y en realidad se llevaba parte de la bronca que esperaba al equipo. De esa forma, el público se mostraba menos agresivo. Magdalena Alvarez tiene una marcada vocación de clausura y de ahí que no quiera dejar el Ministerio, por tenerlo como santuario de la verdad. Llegado el momento no le importa convertirse en el muñeco de nieve que Zapatero coloca ante la puerta de La Moncloa cuando las cosas se ponen turbias. Hoy, que deberíamos estar contando parados, lo que hacemos es contar bolas de nieve.

La tendencia de Magdalena Alvarez por apuntarse los marrones de los demás debe de tener alguna compensación en el cielo. Dios no puede abandonar a tan devota sierva, ni dejarla partía o doblá a merced de las lenguas de triple filo. Este frío «siberiano», (calificativo que le da categoría de novela de Tolstoi), ha provocado una epidemia de gripe de la que apenas se habla; otra de la que se libra Bernat Soria I El Callado. Tosen, luego gobernamos. En Cataluña la Generalitat ha conseguido irritar a los médicos por recomendar que la gente se quede en casa y aplique remedios de la abuela antes de colapsar las urgencias; un pasillo repleto da muy mala imagen política. A los amigos y socios del tripartito se les pide, muy encarecidamente, que tosan en sus domicilios por no dar munición al enemigo.

A Magdalena Alvarez los virus le atacan por la parte de siempre, por la del caos, ¿pero alguien la ha escuchado toser o flaquear en su voluntad? Pues no. Magdalena no es tan sutil como la Generalitat, no llega a recomendar que la gente se quede en casa, pero tampoco pone los elementos necesarios para que se dé el libre tránsito de las personas. España es un país de vocación tropical que se cierra cuando el termómetro baja de los dos grados bajo cero; entonces no hay ni colegios, ni tráfico, ni nada. Toda nevada es siempre una jornada de reflexión. Quizá la Ministra haya pensado que para evitar el caos circulatorio lo mejor es cerrar Barajas y poner los trenes AVE a velocidad reducida, (tanto como para que puedan asaltarlos los cuatreros como pasaba en las películas del oeste). Y al que le pille por carretera, que rece a San Cristóbal, que es patrono del gremio de la conducción.

Aquí todo es habitual: los constipados, las nevadas, el caos en sus distintas formas. Lo único extraordinario es la vocación de Magdalena Alvarez por pisar charcos y, llegado el caso, romper la capa de hielo con unas botas de tacón duro para gobernar en contra de los elementos.

© Mundinteractivos, S.A.

El buen profesor, de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo

Posted in Derechos, Educación, Libertades, Política by reggio on 3 enero, 2009

INSOLENCIA PASAJERA

La última lección de Derecho la ha impartido Jesús Neira a los pies de una cama en un hospital de Madrid. Está más delgado pero vivo, las manos más huesudas pero firmes, y la mirada igual a la que aparece en una vieja foto vestido de catedrático en un acto universitario. Sobre la cabeza no lleva un birrete sino un tubo de oxígeno. El golpe traicionero que le dio el todavía presunto agresor, Antonio Puerta, le tumbó en el suelo pero no consiguió derribar sus ideas. Pedro Blasco, autor de la exclusiva para EL MUNDO, nos ha traído la mente intacta del profesor que afirma que volvería a mediar en una agresión contra una mujer. Y lo dice quien ha sufrido una de sus peores consecuencias, una persona que no teme al miedo.

Neira, que ha estado a las puertas del limbo durante cinco largos meses, no dudaría en volver a actuar de la misma forma, aún sabiendo que no es posible repetir la misma suerte y que actuaciones como la suya se suelen pagar con la vida. Lo que nos podemos preguntar es cuántas veces la mujer agredida volvería a denostar la actitud valiente del profesor, y cuántas veces más está dispuesta a cobrar en televisión por decir que su pareja es un buen chico aunque algo atolondrado (repetir con voz nasal el eslogan de aquel anuncio: «¡Las cosas que tiene mi novio!»). Ha hecho falta que Jesús Neira saliera del coma para que nos dijera que las agresiones crecen cuando nadie reacciona contra ellas, y que es en el entorno laboral, familiar y vecinal donde se cuecen odios ciertos que nadie se atreve a denunciar, salvo cuando aparecen los micrófonos para preguntar datos sobre la víctima. Entonces es cuando mucho hipócrita de pacotilla sostiene que eran unos vecinos normales que aparentaban llevarse bien, y hay hasta quién justifica la agresión basada en un arrebato pasional transitorio. Fariseos que engolan la voz para aparecer en programas de las tardes de la tele, cuyos testimonios cómplices se alternan con unas recetas para hacer un buen roscón de Reyes.

Si quiere Bibiana Aído hacer campaña de prevención de los malos tratos ya puede distribuir la entrevista de Pedro Blasco por todos los buzones y así aprenderemos que hay que reforzar a la Cultura frente a la violencia, tal y como admite el profesor. Y de paso muchos tomarán nota de que no hay maltrato que sea inocente ni bronca de la que uno se pueda inhibir. Y de esa manera podremos llegar a la conclusión de que convertimos a Jesús Neira en héroe en la medida en la que no somos capaces de imitar su gesto. Tenemos por héroe a una persona normal que resuelve una situación extraordinaria; Neira no está por recibir medallas sino por repetir que cualquiera debería haber actuado igual. Esa distancia entre lo ideal y la realidad se paga con cinco meses de cama. Jesús Neira es un español coherente y de principios, por lo tanto alguien extraordinario.

© Mundinteractivos, S.A.

Chapa y pintura, de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo

Posted in Política by reggio on 26 diciembre, 2008

INSOLENCIA PASAJERA

Le tengo que preguntar a un forense cuántos órganos del cuerpo se pueden extirpar para sustituirlos por una pieza mecánica sin que el paciente pierda la vida. No es cuestión de armar un Frankestein pero si tuviéramos ruedas, carburador y tubo de escape, nos caería la ayudita de la industria del automóvil. Haríamos más ruido al caminar por el pasillo pero todo sea por reflotar la economía mundial; si Obama nos quiere con ruedas habrá que concederle el deseo, puesto que en su triunfo nos va la salud financiera. También se pueden potenciar los matrimonios mixtos entre persona y automóvil; hay muchos que le dedican al brillo de la pintura de su coche los cuidados que le niegan a la familia. Un vistazo a los lavaderos de coches en fin de semana nos ofrece a una colección de novias aburridas que miran mientras su chico pule las llantas con entusiasmo juvenil.

Los analistas más sonrientes se asoman al agujero de la crisis económica y el eco se pierde por las tripas de la tierra, nadie es capaz de afirmar que hayamos tocado fondo. Para estudiar según qué valores de la Bolsa hay que tener un título de submarinismo con apnea. Conste que hemos hecho todo lo que dice el manual de primeros auxilios del capitalismo en apuros: ceder fondos públicos a empresas privadas, bajar los precios del dinero, de las hipotecas y mirar para otro lado con ciertas deudas. Zapatero ha ido un paso más allá que Obama y les ha regalado una rebaja fiscal a los ricos que les ha servido como estupendo aguinaldo navideño. Pero los ricos no dan nunca las gracias, tal es su condición. Pero a pesar de los esfuerzos sanitarios, de las descargas eléctricas que se dan a base de euros en el corazón, el enfermo no da señales de vida. Su electrocardiograma sigue plano; nada le hace sonreír, ni la caída del precio del petróleo. Quizá en vez de votar por Obama tendríamos que haber apostado por el doctor House que es mucho más directo en el diagnóstico.

El concepto reajuste se supone que es para dirigir la nave hacia alguna parte, pero esas correcciones a ciegas no son más que golpes de timón. Si comparamos a Solbes con Cristóbal Colón resulta que el marino tenía la certeza de encontrar tierra y Solbes tiene ganas de irse a casa. No se le puede pedir a alguien que sostenga las columnas de Hércules mientras los demás meditan si son galgos o podencos. Si los ministros tuvieran entrenador, el de Solbes debería haber arrojado la toalla hacía dos asaltos.

De momento los ajustes no son más que palos de ciego, golpes en la chapa y mantazos de pintura sobre una superficie oxidada. Otras civilizaciones sucumbieron antes que la nuestra, pero al menos a Cartago le cupo el orgullo de caer ante Roma. Lo peor de esta crisis es que nos podemos ir al garete por no cuadrar un balance. Y esta triste agonía de garrapata.

© Mundinteractivos, S.A.

Peón blanco, de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo

Posted in Internacional, Política by reggio on 25 agosto, 2008

INSOLENCIA PASAJERA

Obama se ha fijado en Aíto García Reneses y se ha dado cuenta de que un banquillo tiene profundidad si lo sabes mover bien; por eso ha fichado al senador Joseph Biden de coach, para que le anime el equipo que va a competir en la final de las elecciones norteamericanas. Es un movimiento de ajedrez, con el que opta por colocar delante al peón blanco y dejar atrás a la reina Hilary, a la que le pueden salir telarañas en su posición (ella que iba de imprescindible y para volver a la Casa Blanca se va a tener que colgar una tarjeta de visitante).

Con Biden parece que el equipo Obama se refuerza en los rebotes internacionales y consigue meter presión en el centro del campo a los republicanos, puesto que el senador es católico reconocido. Obama parece que se ha dado cuenta de que no basta con ser Kobe Bryant para ganar el partido, no siempre los árbitros son tan amables con los que cometen pasos de salida.

El candidato demócrata corre el riesgo de creerse ganador virtual y, según la teoría de Jose María García aplicada al fútbol, «equipo que perdona, equipo que pierde». Su gabinete de comunicación, eficaz y ruidoso, nos ha colocado la imagen de Obama en todas las posiciones posibles. Le hemos visto con su familia, con sus amigos, de traje elegante y de camisa remangada de mitin. Hemos sufrido una Obama-sobre-dosis, con todos sus efectos secundarios. Sólo les ha faltado repartir un Obama-Presley, disfrazado de roquero de Memphis, para colocarlo en el salpicadero del coche. Es decir, que sabemos poco del ideario del candidato pero mucho de lo bien que canta el aumba-baluba-balam-bambú, y con eso podría forjarse una carrera como artista y firmar muchas galas en una gira por Europa (Madrid excluido), pero no sirve para llegar a la presidencia del país más importante del mundo. Conocemos muy bien la música de Obama pero desconocemos su letra, y ahí tiene mucho donde rimar: Irak, Guantánamo, política exterior, seguridad nacional, etcétera…

Hasta llegar el senador Biden, los otros entrenadores del equipo de Obama se habían relajado bastante proyectando una imagen de McCain como el yayo que iba de retirada, y por el desprecio al rival no se consiguen más que ridículos tan olímpicos como históricos. Esos mismos son los que se conformaron con ganar a Hillary, y creían que ya con eso estaban el cielo abierto y las calles hacia la estatua de Lincoln sembradas de pétalos de rosas. Como póster, ideal, pero como realidad complicada. Como si el rascar y el votar sólo fuera empezar. Pero una vez más, no. Obama ha captado que cuando todo son aplausos a tu alrededor hay que cambiar de palmeros porque te llevan al fracaso.

Para jugar este último cuarto que acabará en noviembre, Obama ficha a Biden, que votó a favor de la intervención en Irak. El camino hacia la victoria hace extraños compañeros de viaje en los últimos minutos de juego.

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La presión, de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo

Posted in Economía, Política by reggio on 16 agosto, 2008

INSOLENCIA PASAJERA

Zapatero puede decir de Trichet lo mismo que el entrenador de Judo del equipo de Cuba de los árbitros de Pekín. Ronaldo Veitía, al ver cómo le quitaban la medalla de oro a Yalennis Castillo, sentenció: «Estos chinos son unos hijos de…». ¿Quiere eso decir que Veitía ofendiera a la noble historia del pueblo chino, (que por cierto tanto colaboró en Cuba cuando la construcción del ferrocarril)?, ¿quiere eso decir que Veitía se cisca en Confucio, Mencio y Xunzi, notables filósofos chinos? Pues sí, es probable.

El entrenador cubano había planteado un combate largo, de desgaste, y con la emoción de dejarlo todo al último ataque. Los árbitros no vieron las acciones de Yalennis y, en cambio, le dieron el triunfo agónico a la judoka china Yang Xiuli, («chanchi piruli», que es la traducción fonética de su nombre). Entonces el entrenador cubano lanzó el exabrupto que, de momento, va camino de llevarse la medalla de oro al juego sucio. Pero debemos esperar que lo superen, sin duda, todavía quedan más pruebas y la bilis es una sustancia que nunca deja de generar un hígado sano. Ronaldo Veitía volverá a la isla con su medalla a la lengua sucia; se la ha ganado, pero todo tiene su explicación. En su queja también está la venganza de los cubanos que durante años se han manejado con bicicletas regaladas en su día por el régimen de Jiang Zemin. Unas bicicletas que pesan como un coche de caballos con pedales y sin marchas. Con esos piñones no se levanta un régimen.

La presión libera a esa verdad que llevamos dentro pero que se contiene gracias a los buenos modales; ya sea una presión olímpica o una crisis de balances contables. Llevado por la presión económica, Zapatero ha interrumpido sus vacaciones para dar solemnidad oficial a lo que ya se nota en la calle: que este año nos quedamos sin la medalla de oro al mérito al crecimiento ejemplar. La culpa la tiene Trichet por no bajar los tipos. El presidente del Banco Central Europeo actúa como un juez chino que nos arrebata el mérito y nos hace perder posiciones en el medallero. Porque España ha hecho los deberes, es más fuerte que el resto de competidores europeos y Solbes es un experto en hacer llaves de judo a la inflación.

Ronaldo Veitía no tuvo que interrumpir nada para dar explicaciones, le valió la sala de prensa para matizar sus palabras. En el fondo, reconoció, quería ofrecer la victoria a su familia y al comandante. Y, cuando uno juega con la presión de Castro, la suegra, la memoria del cuartel de Moncada y así hasta llegar a José Martí, es mucha presión. Es como si Zapatero se tuviera que hacer cargo de la política económica del conde duque de Olivares. Ahí tiene razón Veitía: así no hay quien gane, (ni quien gobierne). Al final, cubanos y españoles, nos vamos a acordar de la madre del chino.

© Mundinteractivos, S.A.

Los templarios, de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo

Posted in General by reggio on 4 agosto, 2008

INSOLENCIA PASAJERA

No es que hayan regresado, nunca se fueron del todo. Un juzgado de Madrid tiene que resolver una cuita jurídica de los herederos de la Orden del Temple contra el Papa Benedicto XVI. Al secretario del Juzgado le puede dar un vahído cuando vea aproximarse las carpetas con las pruebas que reúne, (apenas) siete siglos de historia en pergaminos atados con tripas de cerdo. Los templarios, fundados por Hugo de Payens, fueron la gran burbuja financiera del siglo XIV, y como tal sucumbieron cuando se complicaron los mercados internacionales. Entiéndase por mercados el control de los caminos hacia Jerusalén, y donde dice ahora Euribor pongan entonces a Saladino, que les bajó los humos en la batalla de los Cuernos de Hattin.Su final fue parecido al de Martinsa-Fadesa, el rey Felipe IV de Francia había contraído tantas deudas con ellos que convenció al Papa Clemente V para que les reventara el chiringuito. Era demasiada osadía consentir que el Estado estuviera en manos de caballeros mitad monjes, mitad soldados. Y así fue: se encargaron purgas y al último gran maestre, Jacques de Molay, se le ató a un palo frente a Nôtre-Dame y sentenciado como herético reincidente, se le prendió candela el día de la Candelaria, (detalles que tenía el Papa).

Hasta su desaparición, los templarios fueron eficaces «agentes de cambio y bolsa» que controlaban los negocios de Roma. Tuvieron una visión de riqueza importante, fueron los mayores comerciantes de reliquias de occidente, vendían frasquitos con el sudor de la Virgen de Saidnaya y enviaban a domicilio trocitos de la cruz de Cristo, lo que se conoce por lignum crucis. Un rico pedía un fragmento de la cruz del monte del Gólgota y, una vez recibida la petición, un mensajero partía a galope con el uniforme blanco con la cruz roja en el pecho. No había bandolero que se atreviera a detener al correo porque los templarios eran finos con la espada, así que a menos de que el caballo renqueara, la reliquia estaba en su castillo en siete días a todo trotar. Pero una desacertada política económica de crecimiento desacertado, (como le ha ocurrido a Fernando Martín, que de muy rico ha pasado a presunto insolvente), llevó a una especulación de la madera. Si alguien hubiera juntado las astillas que vendían los templarios se habría podido reconstruir la Gran Muralla China con palillos de dientes. Dios les castigó en el balance y de ahí a la suspensión de pagos.

En 2007, Roma hizo un proceso con los documentos que conservaba de la época; quedó claro la nulidad del decreto que acabó con la Orden. Siete siglos después podría tener razón el ahumado Jacques de Molay, que murió mascullando maldiciones hasta la decimotercera generación. Como el caso llegue a Garzón se va a hinchar a tomar declaraciones, entre ellos a Felipe el Hermoso por el asunto de la flota templaria desaparecida en La Rochelle.

© Mundinteractivos, S.A.

El leopardo, de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo

Posted in Economía, Política by reggio on 2 agosto, 2008

INSOLENCIA PASAJERA

Se pegan. Se van a cascar. Zapatero lo sabe y por eso ha tocado la campana de las vacaciones para que los ministros se marchen a cazar gamusinos. Si Solbes hubiera aparecido ayer en el Consejo de Ministros con la entrevista a Miguel Sebastián, aquello habría sido un espectáculo de insultos artificiales y pirotecnia de salón.La entrevista de Pedro Simón al ministro (metido completamente en su papel de estar en camisa de once varas), tiene más peligro que el telegrama del 28 de junio de 1914 en Sarajevo. En aquel texto se contaban los disparos de Gavrilo Princip a Francisco Fernando de Austria, un argumento que sirvió para el arranque de la Gran Guerra.

Pues ese telegrama lo ha superado Miguel Sebastián con creces: a Rubalcaba le llama «horteraza» y dice que a Bono le pegan calcetines blancos.

Al español, ya sea ministro o mozo de espadas, lo que más le irrita es que hagan bromas con su atuendo. Es divertido reírse del apartamento de los Morancos en la tele, pero ojo si alguien se mofa de mi elegante tapiz de ciervos alsacianos bebiendo en un lago.

Sebastián nos quiere a todos a 80, pero a sus compañeros los pone a 100. Para empezar, debería aprender que no se dice bañador, sino traje de baño, que lo de bañador es al buen gusto lo mismo que el trombo hemorroidal a su acepción común: la almorrana.

No sabemos si Pérez Rubalcaba tiene un traje de baño de leopardo para las grandes ocasiones. Y, en caso de ser cierto, ¿qué pasa?, este es un país donde el mal gusto es libre. Prendas de leopardo se ven en las costas sin que el turismo se haya resentido por causa de la estética. Además, al político le gusta un toque de distinción, Narcís Serra usaba gorra de capitán de yate para arrancar el motor de la barca inflable (la prenda no le restaba sensibilidad como pianista).

A Bono le recomienda unos calcetines blancos, otro de los horrores de la cultura del verano; es llevar el pie escayolado para mayor lucimiento del zapato oscuro rematado en borla o en diminuto detalle hípico. Hasta aquí podíamos llegar con las ideas geniales. Hacer ironías con Bono tiene su peligro. Igual que inventó el verbo gallardonear para los que se quedan fuera de las listas, es capaz de inventarse el verbo sebastianear para quienes les puede ocurrir un accidente, como decían en El Padrino.

A la vuelta de las vacaciones veremos un primer Consejo de Ministros de lo más animado. Solbes con sus previsibles letanías del Euribor y Miguel Sebastián pensando por qué no incluyó a la prudencia como medida 32 de su catálogo de buenas costumbres. O lo que es lo mismo: menos bombillas pero más luces.

Que prepare Miguel Sebastián la jaula porque el día de su cumpleaños le van a regalar innumerables leopardos, con o sin redecilla interior.

© Mundinteractivos, S.A.

El fin de la opulencia, de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo

Posted in Economía, Política by reggio on 31 julio, 2008

INSOLENCIA PASAJERA

Compradores compulsivos, hijos de la generación del gasto, hipnotizados hipotecados, manirrotos con cuatro manos de cien dedos, clientes del lujo superfluo, alegres consumidores de energía… arrepentíos porque ha llegado vuestra hora. Un ángel con traje de inspector os llevará hasta la presencia de Miguel Sebastián y éste os pedirá cuentas de vuestro gasto corriente. ¡Ay de aquel que se haya dejado encendida una luz al salir de casa! Y no habrá consuelo para los que lloren sobre una multa por exceso de velocidad. Es el fin de la opulencia, Sebastián anuncia el nuevo catecismo de los tiempos modernos: se puede vivir con menos kilovatios, y sabido es que no hay nada más inflacionario que las luces del castillo de Herodes en un belén.

Yo, pecador, me confieso ante Vos; admito que alguna vez he cometido pecadillos veniales contra el consumo. Pero me pregunto si podemos vivir con las nuevas normas de Industria, ¿cómo es posible que hayamos derrochado tanto? Se me plantea una cuestión de conciencia. Se trata de un problema teológico-tecnocrático (aquí querría ver a Milton Friedman); la parte científica nos la han explicado y responde a un inmediato recorte de energía, pero ahora hace falta un proceso de convicción interior que roza con la reeducación de la ciudadanía. Y, puesto que se trata de medidas de choque, nada mejor que aprovechar que se jubila Maldonado y poner al padre Gabriele Amorth en TVE. En lugar del tiempo, que es una materia sobre la que cada uno tiene formada su opinión, y luego el cielo decide, sacamos al padre Amorth, que pasa por ser el mejor exorcista del mundo. El objetivo es arrancar el demonio del consumo que todos los españoles llevamos dentro, lograr que entremos en convulsión ante la pantalla y así hasta arrojar la maldad en forma de recibos de la VISA. En términos económicos, sería lograr una fusión entre la necesidad y la virtud.

Hay que conseguir que, cuando el satélite haga la foto nocturna, España no parezca una continua feria iluminada de la que parte el humo de los churros hacia la lejosfera sideral. Acostumbrarnos a que cuando veamos a un mogollón de gente en bicicleta que galopan por la autovía, no es que se trate de una etapa de la Vuelta Ciclista a España, sino de trabajadores que se aproximan a la ciudad. Es decir, que se va a enterar el jeque porque se le va a terminar el ingreso, se le va a mustiar el moño del turbante. En un gesto quijotesco le podemos devolver unos cuantos barriles de petróleo a Chávez: «Tenga, gracias, de parte de Zapatero; éstos nos han sobrado hoy». Ya que todo es razonable, llegará la cartilla de razonamiento.

© Mundinteractivos, S.A.

Los invisibles de Serrano, de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo de Madrid

Posted in Derechos, Economía by reggio on 26 julio, 2008

AQUI NO HAY PLAYA

Son ésos que abultan en la acera, bien de rodillas, con niño en brazos o de estatuas con purpurina plateada. Esos que piden con carteles llenos de faltas de ortografía y que se cuelan en la milla de oro antes de que abran las tiendas, (hasta es posible que en las más caras tengan a dos pobres en la puerta porque visten mucho y dan ese toque de distinción que es el contraste con la miseria). Cuando el chófer llega con la marquesa, él le abre la puerta y la acompaña hasta la joyería bien con un paraguas porque llueve, o bien con un gesto de apartar pordioseros como moscas. Ellos, que ya lo saben, agitan el muñón e invocan el Dios se lo pague. La marquesa, o mujer de constructor todavía no en crisis, apenas les mira a la cara aunque les conoce por el bulto; si tienen suerte dejará unas monedas. Después de tan cristiana acción ella pensará que no hay quien salga de La Moraleja con tanto pedigüeño que anda suelto por la ciudad. Pero a su manera cumplen con la función de darle lustre a las aceras de las calles caras de la capital: cuanto peor pinta tenga el pobre, mayor sentimiento de poder experimentará el comprador.

Son personajes de El hambre en Madrid que pintó José Aparicio y en el que se reflejaba la hambruna de 1811 y 1812. Luego los recogió Valle Inclán y más tarde Umbral. No son protagonistas de novela pero tienen categoría de seres literarios, cada uno de ellos con una historia personal que valdría para llenar varios libros. A ellos les tocó el Gordo de la Lotería de la mala suerte y les cayó una ruina en condiciones, permanente, sin solución; una condena que a duras penas les permite ganar el pan aunque suden el calor por la frente. Duermen como gatos entre cartones y comen deprisa como un ratón que sabe que le pueden quitar el queso.

De vez en cuando la Policía les mueve de la acera pero no por solucionar su problema sino por limpiar la calle de trastos inservibles, y ellos se marchan cojitrancos, tirando de un carrito de la compra que hace las funciones de casa. No tienen ni zorra idea de qué es el Ibex pero ya han notado la crisis en el sonido del plato, caen menos monedas porque cuando el rico se ajusta el cinturón no está para caridades. En alguna ocasión he escuchado al abuelo decir al nieto: «Si no estudias y trabajas, te verás pidiendo como este hombre». No están censados, ni tienen sindicato que les defienda. Son tan de la calle como las palomas y los gorriones. Eso sí, respetan el territorio y cada uno ocupa su esquina, o su tienda, con respeto a la antigüedad que siempre es un grado. Un día no vuelven y hay quien dice que les tocó una herencia pero en realidad nadie preguntará por ellos. Un pobre con otro pobre se tapa. No tienen ni nombre, ni cara, ni lápida. Son gente; tipos de la calle.

© Mundinteractivos, S.A.

El menú, de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo

Posted in Política by reggio on 9 julio, 2008

INSOLENCIA PASAJERA

Los del G8, (ese club), cuando se sientan a comer tienen aspecto de marquesonas que acuden a la mesa petitoria con el visón y a las que el mecánico les ha abierto la puerta con guante. Ellas también lo dan todo por los pobres, pero luego meriendan en Embassy y allí se quitan ese frío de la indigencia que cala los huesos y da escalofrío recordar. Los del G8 se dieron un banquete después de haber reflexionado sobre el hambre en el mundo, por lo tanto la crisis debe ser más seria de lo que parece, cuando los poderosos se reúnen a comer el primer plato somos los demás. Esto pasa por montar un club de reflexión que cuenta con Bush como referencia intelectual. Marco Ferreri lo narró de una manera muy gráfica en una de sus películas en la que los comensales engullían hasta que eran devorados por sus propios gases.

Los del G8 siguen la receta de Zapatero: ¡a consumir!, pero quizá con lo jodida que está la economía a lo mejor quiso decir «a consumar». Habrá que hacerle esa pregunta cuando se reanude el periodo de sesiones en el Congreso, el matiz tiene notoria importancia. Darse a la opulencia es la mejor manera de anunciar una crisis, dime de qué manera comes y te diré lo que eres; cuando Zapatero anima a gastarle las plumas al casco del guerrero de la American Express, recuerda al personaje del cuento de Carlo Collodi, el señor Strómboli, (era el dueño del circo en el que cae Pinocho por desobedecer a su creador). Strómboli les gritaba a los muchachos: ¡fumen y beban!, y luego los metía en una jaula para hacerlos pasta de jabón.

Cambiemos a la ballena por la crisis de los mercados y nos daremos cuenta de que Pinocho somos todos; inocentes criaturas de palo que se dirigen hacia las fauces de un insaciable IPC hambriento. Somos parte del menú, ni siquiera nos dan la opción de elegir el punto al que desearíamos aparecer en la mesa. Ya no hay respeto a las últimas voluntades.

José Blanco, ascendido a categoría de angelote en la Sixtina de Moncloa, tiene una fe ilimitada en la recuperación que vendrá en otoño, cuando se vayan las oscuras golondrinas de paseo. Juntemos nuestras manos y el cielo nos escuchará, y gafe el que no lo crea. Por el contrario Esperanza Aguirre cree que la economía española va camino de la UVI, (Amy Winehouse es un producto de la UVI y tiene un aspecto estupendo la señora). Siempre hay un gotero que nos puede recuperar.

Hemos elegido malos tiempos para ser pobres. Si dependes de las ayudas del G8 lo llevas claro, y si vives en una economía occidental toca sufrir las turbulencias que nunca se sabe cómo pueden acabar. Le voy a mandar una carta a Bush para preguntarle si prefiere muslo o pechuga. En el G8 comen de todo, igual que dinosaurios en extinción.

© Mundinteractivos, S.A.

El delfín no emerge, de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo

Posted in Política by reggio on 23 May, 2008

INSOLENCIA PASAJERA

Fraga está para apoyarse en otros, no para que otros se apoyen en él, pero Gallardón le ha cogido gusto a que el octogenario fundador del PP le eche unos capotazos que ni Curro Romero cuando ejercía de director de lidia. A don Manuel le han nombrado juez de silla y a poco que Aguirre se desmarca le amenazan con echarle a Fraga para que suelte unas pestes y le mande «¡Esperanza: firmes, ¡ar!». Fraga hablando de renovación es como si el ministro Bermejo, alias Rebekator, (por su afición a batir rebecos en la caza mayor), negara un homenaje al difunto Charlton Heston por su contribución a la causa del rifle. Pero a poco que uno tenga memoria y sepa de cuentas: Fraga apoyando a Gallardón, ¿eso no era una foto de Alianza Popular?, ¿no la habíamos visto ya? Vale que todo sea uno y lo mismo como decía Heráclito, ese griego que parece el gran vidente del Partido Popular, pero no dejan de sorprender los círculos que da Rajoy para quedarse en el mismo sitio. Sólo falta que llamen a Verstrynge, aquel que con tan buen ojo don Manuel designó para llevar los destinos de la derecha, y que con tal de no aguantar a Fraga abrazó los postulados del marxismo con inusitado entusiasmo. El capítulo de aciertos de don Manuel se completó al fijarse en Isabel Tocino, a la que dejó vestida de pastorcilla para la historia de los almanaques españoles.

El PP está sometido a unas fuerzas centrífugas que ni en las curvas de Le Mans, pero no parece que nadie vaya a cambiar los peraltes, por eso los más válidos se salen por la tangente. Tal es el caso de Rato, que se ha puesto unas conferencias en China con tal de no estar en el congreso de Valencia. Justo ese Congreso al que Zaplana no acudirá porque se le ha acabado la batería de la confianza, igual que a Acebes y a María San Gil. En caso de pasar lista en Valencia se iban a dar unos silencios espesos tirando a mustios. Tampoco está, ni se le espera, José María Aznar, que algo tiene de responsabilidad en este fregado de la derecha española que amenaza ruina.

Se busca a un delfín pero el caso es que no emerge de las aguas. González Pons aún no sabe cuál va a ser su papel, de ahí que se haya salido por otra tangente, la poética, y que hable de la necesidad de apagar y encender el PP para borrar la pantalla sin dañar el disco duro. Ni Bill Gates lo hubiera dicho mejor, lo malo es que el PP vive un continuo estado de apagón permanente. Game over, Esteban, new coin.

Entre delfín y tiburón no hay mucha diferencia pero igual comprobarlo de cerca te cuesta un mordisco. Le llaman renovación pero tiene mucho de antropofagia de junta de vecinos. Así no hay quién pueda dormir tranquilo, Mariano. Y, mientras se busca el delfín, el rumbo es incierto y se desconoce la profundidad de la crisis que tanto se parece a la «fosa mariana» que fue descubierta por Jacques Piccard; en su informe anotó haber visto animales marinos hasta el momento desconocidos. No pudo alcanzar el fondo por exceso de presión en las paredes de su batiscafo.

© Mundinteractivos, S.A.

Te invito a comer (te), de Rafael Martínez-Simancas en El Mundo de Madrid

Posted in Política by reggio on 7 abril, 2008

AQUI NO HAY PLAYA

Cuando Mariano Rajoy le devolvió la carta a Carmelo, el experimentado maitre de Zalacaín, no podía imaginar ni por asomo que el menú fuera él. Esperanza Aguirre lo tenía más claro, hizo su elección en apenas un segundo. Ese día el presidente del PP tenía ganas de comer «algo» pero no había centrado el apetito, así que la presidenta de Madrid le ganó en la comanda. Uno nunca debe quedarse dormido ante un pistolero ni ante el maitre de un restaurante bueno; los clientes habituales devuelven la carta sin apenas abrirla porque la carta es algo más que tipografía ilustrada. Al PP le falta un Carmelo que les organice el menú que por ahora es un caos de platos sueltos y sabores perdidos.

Rajoy se dio cuenta de que él era el planto principal, pero tarde. Aguirre le comía por los pies y el ruido del agua en ebullición le tapaba sus explicaciones; cuando el agua hierve a noventa grados no está uno para florituras. Aquello más que una reunión entre colegas era un tratado de antropofagia política, sólo le faltó a Esperanza danzar alrededor del caldero. Lo importante de la reunión no son tanto las propuestas políticas como saber qué comieron; por parte de Rajoy está claro que pidió un pescado sin espinas aunque debió pedirlo sin asperezas. Aguirre eligió verduras al vapor de los nuevos tiempos y de segundo un plato de caza al horno, (para demostrar que no está el horno para bollos), servido con patatas a la importancia y salsa de «Albertito, calladito estás más mono». Por suerte para Rajoy, Carmelo entró en el reservado con la cuenta antes de que Aguirre se comiera el corazón de la manzana que, en términos metafóricos, era el corazón del presidente del PP. Igual que hizo Toro Sentado con Custer.

En cuanto a quién pagó la factura no tengo ninguna duda. En plena campaña electoral, y preguntada hábilmente por el presentador de «El Mundo en Portada», Aguirre respondió: «¿Las cerezas que pidió Manuel Pizarro en el mercado?, ¡naturalmente, las pagué yo!». Era una manera de demostrar que Pizarro está en la macroeconomía y ella en el precio del pan. Como queda demostrado por la realidad es mejor llevar suelto en el bolsillo que ser el fichaje estrella para que luego te dejen en el banquillo. ¡Y ni siquiera te invitan a Zalacain!

Salvando las distancias, a Rajoy le debió ocurrir algo parecido a lo que le pasó a Primo de Rivera cuando el 19 de julio de 1924 visitó el campamento legionario de Ben Tieb. El Tercio deseaba recuperar el honor perdido en Annual contra Abd-el-Krim, y el dictador fue recibido con un menú que era un homenaje al colesterol, todo llevaba huevo. A Esperanza Aguirre sólo le faltó pedir de postre un flan.