Reggio’s Weblog

De perplejos a indignados, de Francesc de Carreras en La Vanguardia

Posted in Política, Sociedad by reggio on 18 septiembre, 2008

Según los periódicos, se ha elaborado un estudio sociológico sobre el momento por el que atraviesa la sociedad catalana. Su conclusión es que una mayoría de catalanes nos encontramos perplejos, es decir, confusos, dudosos e indecisos. No he leído el estudio aunque imagino que ha sido elaborado con todas las garantías. Sin embargo, el resultado no es ni original ni sorprendente, probablemente cualquier observador medianamente informado habría llegado a la misma conclusión, o a una muy similar, sin proceder a una investigación de tal calibre.

Es lo que sucede con los estudios de sociología: el punto final se limita a ratificar el punto de partida.

Efectivamente, el ambiente que se palpa en la calle, sin necesidad de muchos estudios, es el de perplejidad y confusión. Ahora bien, esta perplejidad sólo alcanza a la situación política. En lo demás, la sociedad catalana se desenvuelve como cualquier otra de nuestro entorno, sin diferencias sustanciales, es decir, con problemas, con soluciones, con fracasos y con éxitos. Las mentalidades de las personas son muy variadas y dependen de su formación, de su condición social y cultural, de su aptitud psicológica, de su edad y de tantas otras cosas. La perplejidad, pues, se circunscribe a la situación política, a las cuestiones derivadas de la vida pública y ya se sabe, como muestra la abstención electoral, que muchos pasan de política.

Buena parte de estos ciudadanos preocupados por la política, más que perplejidad lo que sufren es un cierto desencanto, desencanto no sólo de la política inmediata, del comportamiento del Gobierno y de los partidos catalanes, sino de algo más profundo: de averiguar que no son ciertos algunos tópicos que conformaban una mentalidad muy extendida en Catalunya y constituían una determinada forma de pensar transversal a partidos y tendencias. Centrémonos en tres de estos tópicos, de estos mitos, quizás los más antiguos y arraigados: la autosatisfacción de ser catalanes, la sensatez -el famoso seny-en los comportamientos y el pactismo como modo de hacer política.

La autosatisfacción, el estar contentos de cómo éramos los catalanes, provenía sobre todo de la comparación con el resto de España. Con unos fundamentos más o menos convincentes, durante un siglo los catalanes nos hemos sentido la avanzada europea de España: con una superior aptitud para el comercio y la industria, una mentalidad más abierta, unas costumbres más libres, una sociedad en la que había más posibilidades de prosperar social y económicamente, dotados de un nivel cultural superior y, además, alejados e independientes de la burocracia del Estado.

Frente a una España atrasada, improductiva, funcionarial y carca, Catalunya era considerada un faro de modernidad, de libertad, de cosmopolitismo: allí empezaba Europa y nuestra capital era París. «Llegará un momento en que los catalanes iremos por el mundo y lo tendremos todo pagado», profetizó el estrafalario filósofo Francesc Pujols. Hoy España es ya Europa y los catalanes que la visitan quedan asombrados de lo que ven. El mito de la España lorquiana, clerical y pintoresca, no se corresponde hoy con la realidad y a los catalanes nadie nos paga por serlo.

El seny,es decir, la prudencia, mesura, ponderación y buen juicio, ha sido considerado por muchos, tanto catalanes como no catalanes, como un signo indudable de nuestra identidad. El catalán tenía seny y nadie lo ponía en duda. Sin embargo, en política ello resulta más bien incierto si damos una mirada a la historia reciente: ni las luchas callejeras entre patronal y sindicatos en los años veinte, ni el levantamiento del 6 de octubre -los republicanos contra la República- ni los asesinatos incontrolados de los inicios de la Guerra Civil, eran un prodigio de seny,más bien lo contrario. Creíamos que un componente esencial de nuestra personalidad era el seny cuando, en la misma medida, la experiencia nos mostraba también la rauxa,el arrebato, la imprudencia, el impulso emotivo e irracional sin ningún sentido de la realidad.

Por último, el mito del pactismo, tan desarrollado por los historiadores. Se ha sostenido que la forma peculiar de hacer política de los catalanes conduce siempre a un pacto, seguramente por ser un pueblo secularmente dedicado al comercio, al mundo de los contratos entre partes, donde el acuerdo final implica que todos han de ceder en sus posiciones para beneficiarse mutuamente. Del pactismo se hacía derivar el espíritu pragmático de los catalanes, tan distinto a la altivez y al espíritu guerrero y conquistador de los castellanos. Pero a lo largo de la historia, por lo menos la contemporánea, en Catalunya el pactismo se combina con su contrario, con el tot o res,el todo o nada, no en escoger la vía intermedia como la mejor solución en un conflicto. Que la prudència no ens faci traïdors,es hoy un lema muy repetido.

Jordi Pujol cultivó estos tres antiguos mitos, una de sus principales fuentes ideológicas. Pero hoy, por un lado, la realidad se ha impuesto -España es un país moderno- y, por otro, la política catalana es todo lo contrario del seny y el pactismo, más bien impera la rauxa y el tot o res.¿Qué somos?, se preguntan los catalanes que creían que estos mitos eran reales. La venda comienza a caérseles de los ojos y, si esto sigue así, muchos de los que ahora se muestran perplejos pueden pasar a estar indignados.

FRANCESC DE CARRERAS, catedrático de Derecho Constitucional de la UAB.

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Ante la crisis, todos al centro, de Enric Juliana en La Vanguardia

Posted in Economía, Política by reggio on 18 septiembre, 2008

LA RECESIÓN ECONÓMICA CENTRA EL DEBATE POLÍTICO

CiU se aleja del no y abre la vía de un gran pacto anticrisis, adicional a los presupuestos

El PP huye de la soledad y suma sus votos a la moción de CiU, apoyada por el PSOE

Zapatero, atemorizado por la fuerza del temporal, tiende todos los puentes posibles

En la anterior legislatura, la calle estaba más tranquila que la política, especialmente en Madrid. A ese desajuste le llamamos crispación. En los próximos tiempos es posible que los términos se inviertan: la crisis económica encenderá conflictos sociales y la política tenderá a una mayor moderación. Ante la crisis, todos al centro. Ayer quedó demostrado en el Congreso de los Diputados.

En una hábil jugada parlamentaria, pilotada por Josep Antoni Duran Lleida y Josep Sánchez Llibre, Convergència i Unió consiguió que el PSOE y el Partido Popular, y con ellos los demás grupos parlamentarios, aprobasen una moción de veinte puntos en la que se insta al Gobierno a presentar, junto a los presupuestos generales del 2009, un análisis actualizado de la grave situación económica y un paquete de medidas de amplio espectro: desde la política de empleo hasta la mejora del sistema educativo. Es decir, un ajuste del programa de gobierno ante el panorama nada halagüeño. Atentos a la redomada astucia del PNV, los nacionalistas catalanes se demostraron capaces de seguir jugando en el centro del campo, alejándose del frente de rechazo. Y de algunas grandilocuencias que se oyen por Barcelona. Puede que no voten los presupuestos, pero ya tienen el paraguas del plan anticrisis.

La moción -CiU, viejo estilo- compromete a poco, pero obliga a mucho. Obliga a evitar la soledad política, que tendrá una mayor penalización social en los tiempos que se avecinan. El PSOE pronto dijo sí, tan deseoso de atraer a los catalanes al pacto presupuestario, como de mantener aislado al Partido Popular.

Atentos a la celada, los populares se sumaron rápidamente al carro del consenso. En la calle Génova ya no se recita el mantra que la señora Esperanza Aguirre llegó a entonar con aires de Hare Krishna: «Qué importa la soledad cuando hay principios».

Ahora sí que importa la soledad. Una vez puesta en marcha la rúa del consenso, todos los grupos se sumaron, con alborozo, a la procesión anti crisis. Y el diputado Sánchez Llibre lucía la más fenicia de sus sonrisas.

Buena jugada la de CiU. Consigue transmitir el mensaje de que está en el ajo, hallándose fuera del mortero por el imperativo categórico del bon finançament,la divisa de moda en Barcelona, mientras las finanzas de Wall Street se van a tomar viento. Un escalofrío recorre Occidente, pero al Estatut parece que no le va a temblar el pulso. El esbozo de unidad catalana (escribir Solidaritat Catalana sería faltarle al respeto a la Historia) aleja a CiU del pacto presupuestario (por ahora), con gran ventaja táctica para Partido Nacionalista Vasco, deseoso de recuperar centralidad política y tonalidad moderada.

Los de la Sabin Etxea no han tardado ni un minuto en ofrecerse al Gobierno como socios preferentes, en compañía del modesto Bloque Nacionalista Galego. Adiós, Galeuscat. Adiós, plan Ibarretxe. Adiós, Tribunal Internacional de Estrasburgo. Cuando la tormenta arrecía, nadie desea estar solo. Hasta los tradicionalistas navarros se insinúan al PSOE, que les aprieta en Pamplona. Podría darse el caso de que las cuentas del 2009 saliesen adelante gracias a los diputados de la antigua España carlista.

El Partido Popular, decíamos, ya no sube el monte. Lo cual no le impide repetir algunas tácticas del pasado, en la senda del exitoso «váyase, señor González». «El problema es usted», espetó ayer Mariano Rajoy al presidente del Gobierno durante la sesión de control. El problema es Zapatero, repiten y repetirán los populares hasta la saciedad. Con una única cautela: no quedarse solos.

El problema es Estados Unidos. Y el problema sigue siendo el PP, que disfruta con la crisis económica, responde el PSOE. «Por favor, señor Rajoy, diga algo bueno de nuestras empresas», replicó ayer Zapatero. Que tampoco desea quedarse solo. Y por ello tiende puentes en todas direcciones. Con el PNV. Con el requeté. Con los canarios. Con lo que queda de Izquierda Unida. Con CiU. Y con CDC. Sí, también con Artur Mas.

VEA EL VÍDEO DEL ENCONTRONAZO DE AYER ENTRE ZAPATERO Y RAJOY EN www.lavanguardia.es/vídeos

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Cambio de guardia en la economía global, de Mauro F. Guillén en El País

Posted in Economía by reggio on 18 septiembre, 2008

La turbulencia en los mercados financieros supone, ante todo, una nueva fase en el proceso de globalización que venimos experimentando desde hace tres décadas. Mientras las autoridades económicas y monetarias de medio mundo se esmeran por resolver la miríada de problemas que aquejan a los mercados financieros, otros movimientos y tendencias más sutiles se afianzan y adquieren una mayor relevancia económica y política. Se trata de una reconfiguración del poder de decisión y de la influencia -y por tanto de la geopolítica económica- tanto dentro de cada país como en el conjunto de la economía global. El denominador común es la pérdida relativa de prestigio y poder de los participantes en los mercados financieros, incluidos los bancos de inversión, en favor de otros actores situados en la intersección entre el sector real de la economía y el mundo de las finanzas más tradicionales, es decir, las entidades de depósito y de crédito.

La abrupta caída en desgracia de tres de los cinco mayores bancos de inversión de Estados Unidos, y por ende del mundo, tiene mucho que ver con la práctica del apalancamiento financiero, que consiste en multiplicar la rentabilidad de las inversiones pidiendo dinero prestado siempre bajo el supuesto de que los precios de ciertos activos reales, tales como la vivienda, continuarían exhibiendo una tendencia alcista de modo indefinido. Tal y como apuntaba recientemente el economista y columnista Paul Krugman, los sofisticados productos financieros ideados y popularizados durante los últimos años por los intermediarios financieros norteamericanos, lejos de reducir y distribuir el riesgo, lo han hecho más opaco y difícil de evaluar. Esta dificultad de esclarecer y evaluar la magnitud de los riesgos subyacentes se erige como la razón fundamental por la que venimos experimentando una crisis de liquidez, motivada por una desconfianza cada vez más extendida ante la incertidumbre de no poder conocer con exactitud la solidez y solvencia de los distintos intermediarios que participan en los mercados financieros.

Estos acontecimientos suponen el fin de una era. Fue precisamente durante la Gran Depresión cuando el Gobierno de Estados Unidos vio necesario establecer un fondo de garantía de depósitos para proteger a los ahorradores, por un lado, y prohibir a los bancos comerciales participar en actividades de banca de inversión para eliminar conflictos de interés y blindar a los depositantes de los riesgos intrínsecos a las operaciones de intermediación en el mercado de valores, por el otro. Esta legislación se mantuvo en vigor hasta 1999, año en el que el presidente Clinton apoyó una iniciativa del Congreso que permitió de nuevo a los bancos comerciales actuar como bancos de inversión. Un año antes ya se había producido el primer movimiento de la nueva era cuando nació Citigroup, el mayor conglomerado financiero del mundo, fruto de la fusión de Citibank y Travelers Group. Precisamente, hace unos meses otro banco comercial con cierta presencia en banca de inversión, J. P. Morgan Chase, se hizo con Bear Stearns, el primero de los grandes bancos de inversión en quebrar. En los últimos días, Bank of America ha hecho lo propio con Merrill Lynch, si bien en el caso de Lehman Brothers no haya acudido al rescate ningún banco comercial. Algunos observadores, tales como Nouriel Roubini, afirman que el modelo de negocio de los bancos de inversión ha quedado obsoleto y que la viabilidad a largo plazo de Goldman Sachs o Morgan Stanley como entidades independientes se encuentra también en entredicho, aunque hoy en día sean sólidas y rentables.

No hace falta lanzar esos augurios para afirmar que el mundo de las finanzas internacionales está presenciando un cambio de guardia. Estados Unidos vuelve a tener grandes entidades financieras universales cuyas actividades abarcan tanto la banca comercial como la de inversión. Este modelo bancario es el predominante en la Europa continental, en Japón y en China. La competencia en los mercados financieros globales se ha transformado. A corto plazo, cabe esperar que la reestructuración y reorganización de la banca norteamericana abra nuevas oportunidades de negocio para los bancos europeos y asiáticos, tanto en sus mercados de origen como en Estados Unidos. Cabe esperar asimismo que los grandes bancos norteamericanos acepten mayores inyecciones de capital de entidades o fondos de inversión extranjeros.

Contemplar el posible auge de los bancos universales europeos y asiáticos no es lo mismo que predecir el declive de Nueva York (o de Londres) como grandes plazas financieras globales. No cabe duda de que los mercados financieros norteamericanos continuarán siendo los más dinámicos e innovadores del mundo, y que Londres seguirá constituyendo una plaza alternativa de importancia. Ambas plazas tienen de su lado una larga tradición y un eficaz sistema legal que les ampara. La actual crisis hace más posible, sin embargo, una situación en la que un cada vez mayor número de bancos universales internacionales se posicionen como actores importantes en los mercados financieros anglosajones. Ahí radica el cambio de guardia que está transformando las finanzas globales, alentado en parte por la necesidad de financiar el persistente déficit exterior de la economía norteamericana y acelerado por el súbito declive de los bancos de inversión. El principal teatro de operaciones, el lugar donde se celebren el mayor número de transacciones, seguirá siendo Nueva York, pero un número creciente de los decisores financieros más importantes estarán situados en otros países.

Aunque resulte paradójico, la globalización financiera parece llevarnos a un mundo más policéntrico y fragmentado desde el punto de vista de la toma de decisiones. Este cambio obliga a replantearse numerosas cuestiones, desde el peso de los distintos países en los organismos multilaterales hasta la necesidad de aumentar la coordinación de la supervisión bancaria, de los principios contables y de los métodos de evaluación de riesgos.

Las finanzas continúan siendo la punta de lanza del proceso de globalización. Pero se abre ahora una nueva fase con protagonistas diferentes, entidades que, si bien no van a pretender obtener rentabilidades exorbitantes a cambio de exponerse a riesgos inusitados, tendrán que ser observadas y supervisadas estrechamente, puesto que serán no solamente participantes en los mercados financieros sino también guardianes de nuestros ahorros. La verdadera paradoja es que la globalización financiera proseguirá su rumbo ascendente, pero con una mayor intervención reguladora por parte de los Estados. Se trata de un cambio de guardia quizás inesperado, pero seguramente necesario para devolver la confianza y el dinamismo a los mercados.

Mauro F. Guillén es director del Lauder Institute de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania y miembro del consejo asesor de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).

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Quietismo, de Josep Ramoneda en El País

Posted in Economía by reggio on 18 septiembre, 2008

La polémica frase del ministro Solbes sobre las virtudes regeneradoras de la crisis económica tiene más enjundia de lo que podría parecer. «Si la recesión sirve para limpiar la economía y remontar la situación, no tiene la mayor importancia», dijo el ministro. Y le llovieron las críticas, por la falta de sensibilidad con las personas que sufren las peores consecuencias de las crisis. Después, Solbes reconoció el error en las formas pero se reafirmó en el contenido. La frase es políticamente importante porque es el soporte teórico del optimismo de Zapatero. El presidente comparte con Solbes que, una vez la crisis escampe -y en su cuento de la lechera particular esto ocurrirá dentro de un año-, España entrará de nuevo en la senda del crecimiento sobre unas bases productivas mucho más sólidas, porque la recesión habrá tenido el efecto higiénico de expulsar a las manzanas podridas del sistema.

Se conoce que dos gobernantes de izquierdas como Zapatero y Solbes tienen una confianza mayor en las milagrosas virtudes del sistema de mercado, que, al decir de los más entusiastas, siempre encuentra espontáneamente la salida del laberinto, que los gobernantes de derechas que nos han estado machacando con la necesidad de la liberalización absoluta del sistema y con la ineficiencia del Estado. Éstos han acudido sin remilgos a las nacionalizaciones como recurso desesperado para cubrir, a costa del contribuyente, las irresponsabilidades de unos -los que hasta ayer eran modelos ejemplares del emprendedor arriesgado- y las incompetencias de otros -los que nada hicieron para que funcionaran los mecanismos reguladores que debían frenar la frivolidad de los codiciosos-. Está bien que Solbes no quiera salvar con dinero público a los que gestionaron sus empresas con lógica de jugador de ruleta, pero no por ello hay que dejar hacer con fe ciega en que el Dios mercado proveerá.

Si dentro de un año y medio la crisis ha escampado y vuelven las vacas gordas, Zapatero podrá volver a dar rienda suelta a su vigorosa autoestima, prudentemente contenida en las últimas semanas, y el Partido Popular podrá prepararse para completar, sin más dilaciones, la parte pendiente de su renovación. Pero, de momento, sorprende el quietismo del Gobierno. Está muy bien que el Gobierno garantice sus compromisos sociales y rompa el mito ideológico del déficit cero a la hora de presentar los Presupuestos. Es lo mínimo que se puede esperar de un Gobierno de izquierdas. Pero éstos son paliativos, no soluciones. Esta crisis demanda un cambio de cultura. La economía se ha globalizado y la política, no. El resultado es doble: la economía es la que tiene hoy la capacidad normativa -hasta el punto de que los Gobiernos han aceptado ciegamente la mercantilización de las conductas en todos los ámbitos del sistema- y la criminalidad económica gana terreno todos los días. Urge, por tanto, que la política se rearme. Que funcionen las instituciones de control. Y todo esto sólo puede conseguirse a escala europea. Una voz en Europa no se improvisa. Y Zapatero no se ha trabajado un papel en el Continente. Si, además, su opción es la resignada confianza en que todo volverá a su sitio, por sí solo, y de una manera mejor, no es extraño que no se le haya oído en toda la crisis proposición política alguna. Y, sin embargo, dejar pasar, hasta que la tempestad amaine, significa hacerse cómplice de que se eternice este juego perverso de los ciclos en que todo está permitido mientras hay beneficios en cascada, sabiendo que cuando se entra en pérdidas, el Estado -con la coartada de evitar mayores desastres- inyecta dinero de los contribuyentes para salvar los destrozos hechos por los irresponsables.

Zapatero no ha encontrado el pulso a la crisis, pero Rajoy tampoco. ¿Por qué el PP no ha conseguido todavía el sorpasso en las encuestas? Porque Rajoy corre el riesgo de aparecer como un líder ventajista, que espera que la mala situación económica le haga el trabajo de desgaste y erosión del Gobierno; porque hay memoria de las recetas del PP contra la crisis: restricción del gasto público y congelación salarial; y porque, de momento, el paro castiga mayormente a la inmigración, de modo que los efectos directos de la crisis llegan con más retraso a los electores potenciales. Probablemente, por esta razón, Rajoy ha quitado los grilletes al discurso xenófobo, y se ha deslizado por la pendiente de la discriminación con su penosa frase sobre los inmigrantes que cobran del paro y los españoles que van a la vendimia francesa. Discrimina, que algo queda.

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Fauna bancaria, de David Torres en El Mundo

Posted in Economía, Política by reggio on 18 septiembre, 2008

A DIESTRA Y SINIESTRA

Cuando la economía salta a las primeras páginas de los periódicos eso quiere decir que la realidad se ha traspapelado. Normalmente la información económica suele ir emparedada entre los goles del domingo y el horario de televisión, pero una portada dedicada al obituario de una entidad financiera es como llevar la ropa interior por fuera.

El común de los mortales hacemos lo que podemos por entender el desbarajuste de páginas al tiempo que asistimos entre fascinados y perplejos al despedazamiento brutal de empresas y a las fusiones bancarias, como si viéramos por la tele un documental sobre fauna de las profundidades, con peces grandes que se comen a los chicos y que luego se aparean para poder seguir el baile. Pero no hay forma humana de enterarse de algo con esos comentaristas que hablan de índices bursátiles e inyecciones de liquidez cuando lo que necesitamos es un Félix Rodríguez de la Fuente o un Jacques Cousteau que viniera a explicarnos en román paladino las costumbres caníbales de estos grandes depredadores, sus ciclos de vida, sus hábitos de alimentación, sus ritos funerarios.

Lo único que me ha quedado claro son dos cosas: que la culpa la tienen los Estados Unidos, como siempre, y que aquí el dinero de la salvación sale de un sitio mágico llamado BCE, que es como el fondo negro del monopoly, un dinero a crédito que va a parar a las manos justamente de quien más dinero tiene. Esto recuerda un poco a ese cuento genial que imaginó Chejov: un tipo va al casino, gana un millón, vuelve a casa y se suicida. Sólo que el suicidio, de paso, arrastra un montón de fichas de dominó, de cuentas y de vidas.

Antes, en 1929, los genios financieros en descrédito se limitaban a tirarse por la ventana. Ahora la trayectoria de caída se prolonga más allá de la ley de gravitación universal y, gracias a la globalización, salta fronteras, continentes y océanos a través de la línea de fractura financiera. El Lehman Brothers y el Merril Lynch cayeron como dinosaurios heridos de muerte, sin poder dar un paso y con un montón de deudores mamíferos encaramados a su chepa.

Enric Duran es un pequeño insecto antisistema que ha logrado chupar casi medio millón de euros a un montón de diplodocus gordos que están a punto de extinguirse, demostrando que las especies pequeñas están mejor preparadas para resistir los períodos de glaciación, sobre todo si disponen de un buen fajo de documentos falsos, una ética de atracador de bancos y una jeta a prueba de hipotecas. Enric ha escrito un manual en catalán para que todos aprendamos a construir nuestra propia Arca de Noé a base de robos sin pistola, pero de poco va a servirnos a aquellos que, como yo, aún no sabemos catalán, aún seguimos llevando los calzoncillos por dentro y aún seguimos empeñados en leer el periódico por la última página.

© Mundinteractivos, S.A.

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El ‘jet lag’ parlamentario, de David Gistau en El Mundo

Posted in Política by reggio on 18 septiembre, 2008

BARRA BRAVA EN EL CONGRESO

El horario matinal provoca en los periodistas habituales no sólo casos de deserción, sino también una confusión biológica parecida al jet lag: la costumbre relaciona la sesión de control con el sopor o el chispazo del licor después de los almuerzos conspirativos, y sólo una consulta al reloj aclara por qué el cuerpo reclama olor a tostada y periódicos frescos. Si en la barra de Casa Manolo, como rapaces sobre el tendido eléctrico, iban a posarse las gargantas profundas para sus apartes, constituye todo un síntoma de los nuevos tiempos que el Pleno arrancara con la persiana metálica del bar todavía echada. Estamos ante un ciclo de sesiones abstemias, prematuras, somnolientas y carentes del latido de los corrillos y de las citas en restaurantes que reducirán el impacto y el morbo de una de las principales oportunidades de desgaste al Gobierno. Tal vez se pretendiera precisamente eso con el cambio de horario, y no tanto homologar el hemiciclo con ejemplos exteriores en los que la política no mancha los dedos de grasa. Cuando termina, es pronto para escribir y tarde para volver a la cama.

La crisis, ese otro derrumbe de las torres de Manhattan, ha inspirado una feroz venganza dialéctica de los marxistas. Se la tenían jurada a la prosperidad, y ahora encuentran en las hornadas de parados y en los magnates a los que cancelan la tarjeta un motivo de alegría anticapitalista, la posibilidad de una vendetta contra el mercado cuyo éxito permitió, como decía Tom Wolfe, que los supuestos explotados bebieran agua de marca Evian durante sus vacaciones en Barbados. Ahora que ya no pueden, hasta Llamazares resucita como opositor, agitado por los asuntos sociales y liberado después del frentismo anti PP para recuperar un discurso a la izquierda del Gobierno.

Descosidos los pactos de la anterior legislatura, Zetapé ya no mueve en el hemiciclo peones cómplices para ahogar a un PP criminalizado, sino que parece una vaca espantando moscas con la cola. Recurre a Bush como a un comodín al que se puede culpar hasta de la gripe inminente, pero acusa la misma falta de liderazgo y sensatez que una María Antonieta que quisiera remediar la falta de pan proponiendo comer pasteles. Su idea de incrementar los gastos sociales a pesar de la modestia presupuestaria viene a ser como tender redes a los que caen sin preguntarse por qué caen y sin intentar evitarlo.

El cruce de frases entre el presidente y Rajoy recuperó el recurso infantil del «pues anda que tú»: con la ironía de «la vista de lince» se zafaron en una riña de a ver cuál yerra más pronósticos y a quién la realidad le desbarata los deseos, optimistas o catastrofistas.

El PP parece demasiado preocupado todavía por purgarse el estigma de cavernario que le endosaron el Gobierno y sus entonces satélites y que ha asumido como complejo. Esto rebaja aún más la temperatura de las sesiones, porque el líder de la oposición y la nueva generación que le arropa se comportan como ex convictos cuyo oficial de libertad condicional, el que decide si vuelven o no al talego, fuera la prensa progresista. Lo tienen todo fiado a la economía, ése es el único ariete. Y así ocurre que Zetapé les dice que se complacen en el desastre y en los parados, que se alimentan de la implosión capitalista, del fracaso colectivo. Igual, por cierto, que la chicharra neomarxista, que prefiere obreros jodidos a obreros en Barbados por el narcisismo de darse la razón.

© Mundinteractivos, S.A.

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Nuevo curso, de Luis Arias Argüelles-Meres en La Hora de Asturias

Posted in Asturias, Educación by reggio on 18 septiembre, 2008

Cuando este periódico llegue a manos del lector, el curso académico en primaria y secundaria se habrá iniciado ya, y restará poco menos de una quincena para que comience en la Universidad. Por eso, puede ser un momento adecuado para preguntarse por las expectativas del nuevo ejercicio académico.

En la enseñanza obligatoria, la atención mediática seguirá centrada en la incesante polémica que creó esa nueva materia que recibe el nombre de ‘Educación para la ciudadanía’. Desde los ámbitos más conservadores se sigue hablando de su carácter doctrinario y se mantiene la expectativa de la objeción de conciencia. Cuando lo cierto es que se trata de una ñoñez dictada por los imperativos de lo políticamente correcto.

La formación ciudadana, si se quiere tomar con un mínimo de seriedad, vendría dada por el conjunto de materias humanísticas si sus programas alcanzaran el mínimo de ambición y de exigencia deseables.

Por otra parte, insistiendo en que se trata de una ñoñez con el tufillo de lo políticamente correcto, no es menos cierto que al Estado le corresponde programar en el ámbito educativo la formación del alumnado en materia ética y filosófica, y no a ningún credo religioso, tal y como sucedió a lo largo de la dictadura que, por lo que se ve, para algunos no concluyó aún definitivamente.

Nuevo curso en Asturias donde el profesorado de esta tierra, a pesar de la igualdad ante la ley que declara la Constitución monárquica del 78, percibe un sueldo considerablemente inferior por el desarrollo del mismo trabajo, con idéntica titulación y con un concurso-oposición semejante al que reciben sus colegas de otras comunidades autónomas en el ámbito peninsular.

A este respecto, por mucho que les pueda sorprender a quienes no siguen muy de cerca el ámbito docente, los sindicatos de profesores nada tienen que decir.

Nuevo curso en Asturias que arrancará con el mismo y escandaloso número de asesores, casi 70 según las últimas informaciones, en una Consejería de Educación de una autonomía uniprovincial. Acerca de este asunto, el titular no tiene a bien desde hace casi un año dar explicación alguna al respecto.

Nuevo curso, con expectativas poco halagüeñas acerca de la mejora de la calidad de la enseñanza, pues ninguna medida se tomó en esa dirección.

En lo que respecta a la Universidad, habrá que preguntarse en primer término si el ejercicio anterior estuvo a la altura de los 400 años transcurridos desde su fundación por el Inquisidor Valdés Salas, en cuanto a los eventos que se llevaron a cabo para celebrar la efemérides.

Y sería conveniente observar si se operan cambios en la política del Alma Máter con el nuevo Equipo de Gobierno de la docta institución. Nuevo curso en el que la crisis económica estará, de seguro, presente.

Nuevo curso en el que las sorpresas no son esperadas, por lo que, si llegasen, serían recibidas con el mayor de los alborozos. Nuevo curso y vieja política educativa.

Quince razones por las que ayer fue un día histórico y hoy el BCE bajará tipos, de S. McCoy en El Confidencial

Posted in Economía by reggio on 18 septiembre, 2008

Quizá ayer fue el día más importante, por acumulación de noticias, que han vivido los mercados desde el inicio de la crisis hace trece meses. Que ya es decir. Luego se las enumeraré detalladamente. Una acumulación de acontecimientos que no ha provocado el fin del mundo, aunque tomados colectivamente pudiera parecerlo. Vamos, eso pienso a la hora de escribir estas líneas, bien entrada ya la noche. Espero dar un beso a mis hijos por la mañana. Las fichas del dominó caen unas detrás de otras a pasos agigantados hasta el punto de que uno se pregunta si todo esto puede estar pasando a la vez y, como después de pellizcarse ve que es así, qué puede ser noticiable al día siguiente. Estamos viviendo un momento histórico del que se escribirán un montón de páginas en los libros de Historia. Guarden la fecha de ayer en el calendario. Bueno, fijen en su mente toda la semana. Yo estuve allí, podrán decir a quienes quieran escucharles. Porque saldremos adelante, no lo duden. Está pasando lo que tenía que pasar y aunque el futuro parece hoy más incierto que nunca, está ocurriendo justo lo contrario: cada vez tenemos más certeza de cómo va a quedar el patio, de cuál es el entorno en el que vamos a desempeñar nuestra actividad… al menos hasta la siguiente crisis.

Un cúmulo de factores cuya única consecuencia inmediata puede ser que hoy el Banco Central Europeo baje tipos, de forma extraordinaria. Un gesto significativo, 50 puntos básicos, que buscará generar confianza no tanto en el sistema financiero cuanto en el conjunto de la ciudadanía toda vez que es de todos sabido que, en la situación actual, los mecanismos de transmisión de la política monetaria son completamente inexistentes. No funcionan. Tal cual. Si me equivoco, lo sabremos en breve. No digo que esté de acuerdo con la oportunidad de la medida. Digo que va a haber acción concertada y que la amenaza económica pesa hoy día más que el posible riesgo inflacionario. Europa, es una evidencia, se desacelera. Es momento de actuar de cara a la galería. ¿Lejos del papel atribuido al Banco Central Europeo? Por supuesto: el BCE no está oficialmente para estos menesteres. Pero, no se equivoquen. El riesgo de no actuar, de cara a la credibilidad de la institución a futuro si nos vamos a un entorno recesivo, es claramente superior al de hacerlo. Y aquí todo el mundo vela, antes o después, por lo suyo. Hasta Trichet.

Como hacer predicciones con los tipos de interés no es mi fuerte, les dejo por hoy con la retahila prometida. Encontrarán el desarrollo de gran parte de las informaciones en la propia Cotizalia, Bloomberg, Market Watch o Naked Capitalism, entre otras. Eso sí, mañana prometo escribir de otra cosa, como ya hiciera el lunes con la crisis de los centros comerciales en España, en las antípodas de lo publicado por El País el domingo. Siempre bajo la misma premisa: ni soy ni pretendo ser gurú de nada, Dios me libre, que menudo chorreo me echó una forera ayer. Doy mi opinión desde una plataforma tan extendida como las cabeceras de El Confidencial, lo cual es un privilegio. Pero siempre, insisto, siempre, será más importante para McCoy el debate que el Valor Añadido puede generar que la conclusión implícita o explícita que lleva. Es una opinión más que conduce a más opiniones que enriquecen a todos. Lo contrario sería un suicidio no profesional, que también, sino personal. Cualquiera me aguantaría. Quite, quite. Sean buenos y temerosos… de Bernanke y Paulson.

1. Los CDS, cobertura de impago, de la deuda soberana americana se disparan a 30 puntos básicos frente a los 2 de antes del verano del año pasado. El mercado contempla, por tanto, la probabilidad de que Estados Unidos no pague sus deudas. El AAA (máxima calificación crediticia del país) está amenazado. El riesgo de invertir en Estados Unidos es ahora el doble que en Japón y casi cuatro veces más que en Alemania.

2. El Tesoro acude en ayuda de la Reserva Federal a petición de ésta y le da una línea de financiación de 40.000 millones de dólares, a un mes y al 0,30%, en lo que es una medida claramente inflacionista que ya se implantó, con infaustos resultados, en la crisis de, ¿adivinan cuando? En efecto, principios de los 30. ¿Crecimiento o inflación? Ninguno de los dos: supervivencia. Ups.

3. La financiación de la banca se encarece hasta el punto de que el diferencial entre lo que paga el sector y lo que abona el Tesoro (Letras a 3 meses contra LIBOR) se dispara a cerca del 3%, algo no visto desde 1987. Antes de la crisis, estaba en el 0,25%. El día a día vive tasas escandalosamente superiores al tipo de intervención estadounidense del 2%, llegando incluso al 6,5% en el overnight el martes. Y cuidadín porque empiezan a cobrar mucha, muchísima importancia, los plazos hasta cierre del año a la hora de conseguir liquidez. Hay que asegurarse la menos mala de las fotos para Nochevieja.

4. Por primera vez en la Historia americana, un fondo monetario ve cómo su valor liquidativo cae hasta el punto de provocar pérdidas a sus partícipes, consecuencia de una inversión de 785 millones de dólares en bonos de Lehman. No es un cualquiera. The Reserve era el fondo más antiguo del sector. Suspende además reembolsos durante, al menos, una semana. Provoca fuga de capitales y alimenta la desconfianza.

5. La búsqueda de la seguridad lleva a que las letras a tres meses del Tesoro americano renten un maravilloso 0,0203% anual, en lo que supone el menor retorno anualizado desde la Segunda Guerra Mundial (Market Watch lo aumenta al 0,06%). Así se financia cualquiera que sea estado, la verdad. Lo importante para el inversor es tener deuda pública en cartera, no importa lo que dé. Con una inflación nominal del 5,4%, las pérdidas en términos reales son sustanciosas para los inversores. Qué forma más sofisticada de meter el dinero debajo del colchón, bien guardadito, y esperar a que escampe, la verdad. Las compras masivas afectan a toda la curva de tipos: el 2 años se sitúa por debajo de 1,70% y el 10 años a niveles inferiores al 3,40%

6. Y a que el oro suba en un día cerca de 70 dólares hasta los 850, primando, a mi juicio, más su condición de refugio que su carácter de cobertura contra la inflación o la caída del dólar. Las materias primas vuelven a estar en primera plana como alternativa de inversión, lideradas por un petróleo, que recupera niveles técnicos importantes recién perdidos (95 dólares) y olvida ese entorno de desaceleración económica global que lleva al analista de Goldman, que era de los más agresivos, a rebajar sustancialemente sus estimaciones de precio del crudo para este año y el que viene.

7. El mercado bursátil se piña después del rescate de AIG. Cuando lo excepcional se convierte en habitual, su eficacia restauradora sobre el conjunto del mercado tiende a ser una curva descendente asintótica en niveles cercanos a cero (esto de las matemáticas no es mi fuerte). Bueno, peor aún. No sólo no da sino que quita. Caídas entre el 4% y el 5% saludan la decisión ni 24 horas más tarde. Cuanto más veo actuar a la FED y al Tesoro, más creo en el mercado.

8. Y más cuando apenas dos días antes de la intervención de la aseguradora, encubierta bajo el paraguas de un préstamo no oneroso sino más, Allianz y JC Flowers estaban dispuestos a comprar el gigante patrocinador del Manchester United y, los mismos gestores que la FED ha cesado ahora, la rechazaron, según Bloomberg. ¿No era mejor haberles obligado a aceptar la oferta que comprometer el dinero de todos? Pregunta al aire.

9. Y más todavía cuando no es la primera vez que ocurre que desaparece la banca de inversión de un país. Ya ocurrió a principios de los 90 en Reino Unido, tal y como señala este artículo del Telegraph, firmado por el ex banquero David Freud (menudo apellido para analizar lo que está pasando, la verdad). En mi opinión, de lo más interesante publicado ayer. No quedan ni Lehman, ni Bear, ni Merrill y, por si fuera poco, acaba de publicar un urgente Reuters, citando a NYT, afirmando que Wachovia y Morgan pueden ser pareja de hecho… y de derecho en breve. ¿Uno menos? Qué va. Sólo queda uno, que no es lo mismo. Contentos deben de estar los distintos fondos soberanos.

10. El ir de gurú tiene lo que tiene. El fondo estrella, del gestor estrella, de la gestora estrella, el que fue capaz de provocar el rescate de Fannie Mae y Freddie Mac para alegría de sus partícipes, -hablamos del Total Return de Bill Gross, PIMCO-, pierde exactamente lo mismo que ganó aquél día por una apuesta arriesgada en activos de AIG: -1,4%. Para ese viaje no hacían falta estas alforjas, ¿no creen? Lo hemos dicho muchas veces: el problema no es ser listo sino creerse el más listo. Ahí te las dan todas. Siempre. Y duelen más porque pillan desprevenido.

11. Y mientras el regulador americano a lo suyo. Ahora que Frankenstein se ha escapado de las manos de su creador, éste hace lo imposible por controlarlo y que el daño que provoque sea el menor posible. Se prohíben las ventas de acciones en descubierto, esto es, sin tener los títulos, en un intento, de nuevo vano, a mi juicio, de frenar las caídas bursátiles. Erre que erre. Interviene que algo queda.

12. Meredith Whitney de Oppenheimer, la más reputada analista de bancos estadounidense, esa sí que es ceniza total, baja estimados de Goldman Sachs y Morgan Stanley, que se dejan respectivamente un 15% y un 25% de su capitalización. Por si fuera poco, señala, además, en el caso de este último, que tiene un fuerte apalancamiento operativo negativo. Mermas en la parte de arriba de la cuenta de resultados tienen un pernicioso efecto cascada según se va bajando por sus distintos epígrafes. El coste por asegurarse contra el impago se dispara en ambas firmas.

13. Por cierto, Barclays demuestra que los negocios atractivos de un banco quebrado tienen valor intrínseco y paga por el brokerage y la banca de inversión estadounidenses de Lehman, exacto, lo que valía el conjunto de la entidad el viernes antes de declararse en quiebra, millones arriba o abajo. ¿Para qué comprar todo si me puedo quedar con la mejor parte del pastel? Una lección que los posibles adquirentes de otras entidades poco tardarán en aprender. Al tiempo.

14. Si eres banco comercial, tu red tiene mucho valor por sí misma aunque S&P te haya rebajado recientemente el rating a la categoría de basura. Eso explica el interés de actores importantes del mercado por Washington Mutual. Entre ellos, ¿el Santander? Lo dudo. En cualquier caso, el NYT confirma que es la propia entidad la que busca novios de la mano de… Goldman. Empezaba a no quedar otro banco de inversión. El mundo es un pañuelo…

15. Rusia se cansa del libre mercado y se dedica a intervenir todo lo que puede, paralizando a su antojo la negociación de activos financieros, inyectando liquidez a los bancos y tomando otras decisiones arbitrarias similares con dos consecuencias inmediatas: uno, genera mayor miedo, todavía, y, por tanto, ahonda en la salida de capital extranjero; dos, provoca aún más pánico en los tiburones financieros de aquél país que se ven agobiados por los margin calls o ejecuciones de garantías. Lo de los inmobiliarios de aquí, una broma. Por cierto, crisis interna igual a ¿búsqueda de enemigo externo?

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Dónde meto mi dinero cuando todo se derrumba, de Eduardo Segovia en El Confidencial

Posted in Economía by reggio on 18 septiembre, 2008

«Si hasta AIG ha tenido que ser rescatada, es que no hay nada seguro en el mundo. Lo mejor para meter el dinero ahora mismo son los depósitos a corto plazo… y diversificando entre entidades, por si acaso». Quien dice esto no es el director de la caja de ahorros de un pueblo, sino un ejecutivo de un banco de inversión muy potente en renta fija. Es decir, que los que más saben de inversiones recomiendan olvidarse de todos los mercados y productos sofisticados en estos momentos, y casi meter el dinero debajo del colchón, como nuestras abuelas.

Este experto no está solo. Un gestor de banca privada afincado en Suiza, que en junio ya recomendaba tener un 40% de la cartera en liquidez (aunque mantenía el 60% restante en renta fija, bolsa y hedge funds), en agosto se quedó sólo con los hedge. Y ahora ha decidido vender también los fondos alternativos -que tratan de ganar, o al menos no perder, en cualquier entorno de mercado- porque «ya no tengo ninguna confianza en los mercados de derivados porque los bancos todavía no nos han dicho la verdad». Este gestor, que tenía deuda a corto plazo de AIG con calificación de triple A que ahora ha perdido la mitad de su valor, no se fía ni siquiera de los depósitos bancarios por el riesgo de que alguna entidad comercial quiebre. Al calcetín.

Si los profesionales dicen estas cosas, cómo va a extrañar que el ahorrador de a pie esté preguntando a su entidad por el riesgo que tienen los productos en los que ha metido su dinero, como poco. Porque en los últimos días se está notando una gran afluencia a sucursales bancarias para retirar el dinero de fondos de inversión, planes de pensiones, cualquier producto sofisticado (estructurados, depósitos complejos, etc.) e incluso de las cuentas corrientes en entidades que el público percibe como «poco seguras».

Y no sólo en España: en EEUU el tipo de las letras de Tesoro a tres meses cayó ayer a su nivel más bajo desde la Segunda Guerra Mundial -el 0,03%… anual- por la demanda desesperada de productos seguros para meter el dinero. Una demanda que está dispuesta a sacrificar cualquier rentabilidad a cambio de seguridad. Los bancos también son presa del pánico: el mercado interbancario quedó totalmente paralizado ayer, y las pocas entidades dispuestas a prestar sólo aceptan como garantía bonos alemanes (Bunds); ni siquiera deuda francesa o británica.

Todos los activos pierden

Esta actitud no es de extrañar ante las fuertes pérdidas que sufren los inversores prácticamente en todos los activos. De la bolsa no hay mucho que ustedes ya no sepan, con el Ibex en mínimos de tres años y una pérdida que alcanza ya el 30% en 2008. Y >Wall Street volvió a hundirse anoche pese al rescate de la mayor aseguradora del mundo, AIG, por parte de la Fed. Y mejor no hablamos de las bolsas emergentes, con el colapso de la rusa. En consecuencia, los fondos de inversión o planes de pensiones con algo de bolsa en las carteras también palman.

La deuda pública de los países más sólidos como Alemania aguanta, pero no así la española, cuyo diferencial con el Bund alcanza ya 0,5 puntos. La renta fija privada, es decir, los bonos de empresas, están desplomándose por muy bueno que sea el rating del emisor. Y si encima son bonos de Lehman, que estaban detrás de productos estructurados para banca privada por valor de 1.300 millones de euros como mínimo, como adelantó El Confidencialhace dos días, ahora no valen nada.

Los fondos monetarios dinámicos ya se despidieron el año pasado por sus pérdidas en activos hipotecarios subprime, pero ahora además algunos monetarios clásicos también empiezan a tener problemas por la caída de títulos de Lehman que tenían en cartera: el gigante Reserve Primary Fund, que el viernes tenía 62.000 millones de patrimonio, ha .entrado en pérdidas Los hedge funds no lo están haciendo mal del todo, pero hay que ser muy selectivo: los que se ponen bajistas en bolsa están ganando mucho, pero los que hacen arbitraje -en teoría los más seguros- lo están pasando muy mal por la volatilidad del mercado y la falta de crédito para operar. Hasta las materias primas se han venido abajo, pese al fuerte rebote de anoche. Finalmente, ¿hay alguien por ahí interesado en invertir en ladrillo?

El miedo lleva a venderlo todo

John Authers, redactor jefe de mercados del Financial Times, explicaba ayer que «cuando la aversión al riesgo sube, incluso aunque el riesgo sea made in USA, la respuesta del mercado es vender todo también fuera de EEUU». Authers añade que las «épicas» cantidades de apalancamiento (endeudamiento) en los mercados magnifican el efecto, porque, en momentos como el actual, la gente quiere pagar sus deudas y para ello vende los activos que ha comprado con deuda.

El New York Times publicaba hace unos días un artículo sobre la dificultad para encontrar destinos para la liquidez con una rentabilidad mínima y sin riesgo. Las sugerencias de este periódico eran las cuentas corrientes que estén garantizadas por la FDIC (similar a nuestro Fondo de Garantía de Depósitos), pero eligiendo un banco que no cobre comisiones para que no se coman su exigua rentabilidad; fondos monetarios con bajas comisiones también y cuya cartera no tenga activos de crédito «sospechosos»; y depósitos cuyo plazo no sea demasiado largo, para poder disponer de liquidez si hay problemas.

Ahora bien, cuando el pesimismo es tan extremo como ahora, es cuando surgen las grandes oportunidades de inversión y cuando los mercados suelen hacer suelo. Es la teoría de la opinión contraria, ésa que sostiene que la masa siempre se equivoca y que cuando todo el mundo vende hay que comprar y viceversa. Nuestro McCoy es un exponente de esa teoría«Cuando la crisis llegue a su fin habrá gangas por todo el mundo. El problema es sobrevivir hasta que la crisis se acabe», concluye Authers.

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Lehman Brothers, AIG, suma y sigue: Arrecia la crisis internacional, de Ramón Tamames en Estrella Digital

Posted in Economía by reggio on 18 septiembre, 2008

Con las primeras intervenciones del Sistema de la Reserva Federal (SRF) y de la Secretaría del Tesoro de EEUU (USTS) en el primer trimestre del 2008, llegó a pensarse que la crisis estaba sujetándose definitivamente, y que el sistema financiero norteamericano podría resistir y relanzarse en sus normales actividades. Incluso una persona tan avezada como Warren Buffet, cierto que con limitaciones, llegó a decir que se había evitado el colapso del sistema, y que las intervenciones SRF/USTS habían sido absolutamente necesarias.

Sin embargo, ya en el mes de septiembre del 2008, tras cumplirse un año de tensiones económicas en la que sigue siendo, para cuestiones financieras, locomotora internacional, Bernanke y Paulson, responsables máximos del SRF y de la USTS respectivamente, han tenido que entrar en liza, ya en varias secuencias, con intervenciones cada vez más ingentes.

La primera de ellas, la bien conocida de las dos entidades hipotecarias más importantes de EEUU -Freddie Mac y Fannie Mae, FMs-, inyectando cifras astronómicas para asegurar su liquidez, primero, para al final tener que incluso nacionalizarlas, y evitar de este modo que su caída en Bolsa llegara a un valor virtualmente cero de su capital social.

Algunos se preguntan el porqué de esa intervención, con recursos federales y, en definitiva, de los contribuyentes. La razón es muy clara: si no se hubiera procedido así, habría habido una auténtica crisis sistémica, es decir, una situación de derrumbe general del sistema financiero estadounidense, que habría contaminado al conjunto mundial. Pero dentro de ese impacto, lo que más impulsó a Paulson a la intervención referida fue el hecho de que las dos FM tienen gran parte de sus emisiones de cédulas hipotecarias (collateralized debt obligations, CDOs), colocadas en los bancos centrales de países emergentes, y especialmente el de China.

Por consiguiente, de haberse producido la quiebra de las dos FM, China podría haberse sublevado, al quedar ante un auténtico fiasco, prácticamente estafa, con daños sobre una parte notable de sus reservas internacionales. Lo cual evitó Paulson (que conoce muy bien China por su anterior experiencia como ejecutivo de Goldman Sachs), ya que las finanzas norteamericanas y chinas viven en absoluta simbiosis. Como he tratado de explicar, en toda su complejidad, en mi libro El siglo de China. De Mao a primera potencia mundial.

Pero no bastó con atender a las dos grandes hipotecarias citadas, y a las pocas semanas, antes de ayer mismo, le llegó el turno a uno de los mayores merchant banks de EEUU, el Lehman Brothers; dañado por tener gran parte de sus activos en cédulas hipotecarias, cuyo valor ya quedaba muy por debajo de lo aceptable para mantener su balance. Eso se sabía hace meses, y hubo numerosas iniciativas de entrar en Lehman Brothers por bancos foráneos, de Corea del Sur, China y Reino Unido (Barclays), y de los propios círculos norteamericanos, con el Bank of America, que al final en vez de asumir el problemático Lehman, se decidió por fusionarse con Merrill Lynch, configurándose de esa manera una de las mayores entidades bancarias estadounidenses, marcando la pauta de lo que va a ser un proceso de concentración bancaria de grandes dimensiones en todo el planeta.

Y después del Banco Lehman, la cosa no podía pararse, como es lógico, por mucho que Paulson no lo interviniera y lo dejara a merced del juez del distrito Sur de Nueva York a efectos de liquidación según la Ley de quiebras. Seguro que en razón a que habría significado un precedente para que un día la General Motors, la Ford o la Chrysler solicitaran ayudas federales. Sin embargo, esa negativa a Lehman Brothers no ha originado jurisprudencia definitiva, pues al día de ayer el binomio SRF/USTS ha tenido que volver a la arena para virtualmente nacionalizar el American Insurance Group, más conocido como AIG. La mayor entidad aseguradora del planeta, y según cálculos comparativos, la cuarta entidad financiera de EEUU.

¿Y por qué se hizo tal cosa inyectando unos 85.000 millones de dólares directamente desde el SRF? Sencillamente porque AIG ha hecho grandes inversiones en cédulas hipotecarias hoy muy disminuidas de valor, con el resultado final de que en un momento dado tendría que haber suspendido las prestaciones comprometidas con su enorme clientela en términos de seguros. A las que viene obligadas por las pólizas suscritas y las primas que va recibiendo.

El colofón de nuestra historia de hoy no va a ser muy largo. Como se ha reiterado desde ángulos muy distintos, la economía mundial está ya en un punto de no retorno en la globalización, y si cabe decirlo así, sobre todo en lo que se refiere a las finanzas. Lo cual genera implicaciones de todo tipo entre protagonistas y agentes que, prima facie, parecen alejados entre sí, pero que a poco que se examine, se encuentran en los mismos negocios, y a resultas de cómo marchen éstos.

Pero esa estructura densamente globalizada todavía no tiene su réplica en un marco institucional que puedan atender las situaciones de crisis. En otras palabras, el Fondo Monetario Internacional, que en los últimos tiempos se ha preocupado de las crisis financieras -tras abandonar cualquier idea de sistema monetario global-, se centra en cuestiones cambiarias y de balanza de pagos, que no son ahora las de atención prioritaria.

Por su parte, otra institución, el G-8, el pretendido directorio económico mundial, con facultades que se han arrogado para sí mismos una serie de países, sin contar para nada con las Naciones Unidas, no dispone de instrumentos a fin de gestionar la economía mundial en épocas de crisis. Con el agravante adicional de que dentro del G-8 existe ahora un gran conflicto entre EEUU y Rusia por el tema de Georgia.

Y así llegamos casi al final de nuestra película de hoy para ESTRELLA DIGITAL: los verdaderos protagonistas de todo este maremágnum mundial son los Sres. Bernanke y Paulson, ya citados anteriormente. Y especialmente el segundo, que tiene en su mano la misión de impedir, ya lo hemos dicho antes, el colapso de las grandes instituciones financieras estadounidenses. Lo cual le convierte en instrumento único multifunciones para frenar la grave crisis que tenemos ante nuestros ojos.

De modo que esperamos que los hados del destino, los dioses del Olimpo, o la Divina Providencia si Vds. lo prefieren, iluminen al Sr. Paulson, que en estos momentos tiene los máximos poderes para evitar situaciones de pánico que nos conduzcan a una debacle casi total. Seguiremos los temas.

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Los bancos españoles en medio de la crisis, de Primo González en Estrella Digital

Posted in Economía by reggio on 18 septiembre, 2008

Tener dinero líquido es siempre importante, incluso muy importante. Pero en las presentes circunstancias es fundamental. Y ese es posiblemente el principal problema de los bancos y en general de las entidades financieras, que tienen que equilibrar cada día su balance con recursos ajenos tomados de la clientela para equilibrar los préstamos concedidos a los prestatarios. En las presentes circunstancias, los bancos más frágiles en liquidez se están arrimando a los que cuentan con una base de recursos líquidos más amplia, que generalmente suelen coincidir con los bancos y entidades que cultivan la clientela minorista y al por menor.

Los movimientos que, después de la crisis de Lehman y del salvamento in extremis de Merrill Lynch, estamos viendo en las últimas horas en Estados Unidos van en esa dirección. Las cotizaciones de los bancos poco líquidos o muy altos de inversión se están hundiendo por momentos. Morgan Stanley (que acaba de ofrecer resultados bastante favorables en su cuenta trimestral, es decir, que gana dinero) y Goldman Sachs se han hundido en Bolsa en las últimas horas, sobre todo Morgan, y son dos de los próximos candidatos a la crisis. Naturalmente, el cupo de salvavidas de la Reserva Federal y del Tesoro de Estados Unidos ya está agotado y en principio no cabe esperar operaciones directas de apoyo a estas entidades. En Gran Bretaña, el Halifax, primer banco hipotecario del país, con una elevada carga de refinanciación para costear las hipotecas que ha concedido, se está más que arrimando al Lloyds, banco minorista, que puede darle cobijo, con la mediación activa del propio Primer ministro británico, al corriente de la operación y jugando a favor de la fusión un papel posiblemente decisivo.

Estamos, por lo tanto, en un momento de importancia posiblemente crucial para la consolidación bancaria, tanto en Estados Unidos como en Europa. La alternativa a las quiebras es hoy la fusión y concentración de entidades. Y vamos a ver bastantes en Europa presumiblemente en las próximas semanas y en los próximos meses, algunas por razones de emergencia, otras por sentido de la anticipación. En Estados Unidos están cayendo los bancos de inversión y emergen con fuerza los triunfadores de esta crisis, los que tienen una base racional de actividad con clientes minoristas muy diversificados y con garantías reales (su vivienda), tales que Citigroup y sobre todo Bank of America entre los grandes.

Estos días se están produciendo incluso algunos fenómenos bursátiles bastante sintomáticos, ya que las cotizaciones de los bancos se mueven como en un tobogán, en algunos casos con fuertes caídas que no resultan fácilmente explicables. Y una de las razones que parecen explicar las bajadas que, por ejemplo, en esta sesión del miércoles, han vivido algunos bancos españoles se encuentra en la expectativa de que alguno o algunos de los bancos españoles participe en alguna de estas operaciones de concentración bancaria, algo que los inversores suelen castigar en un primer momento aunque luego los analistas y los propios inversores acaben por reconocer que resulta beneficioso a medio y largo plazo para la entidad compradora.

Es momento de cambios, de crisis sectorial y, por lo tanto, de oportunidades. Momentos críticos de los cuales unos saldrán fortalecidos, otros debilitados y otros finalmente desaparecerán. ¿En qué bando están los bancos españoles? A juzgar por las valoraciones que le han otorgado los mercados a los bancos españoles en los últimos meses, la opinión no es muy buena, ya que se ha valorado (quizás sobrevalorado) la dependencia de los balances bancarios españoles de la cartera de créditos hipotecarios así como de su clientela de promotores inmobiliarios. Pero resulta llamativo observar cómo el deterioro de las cotizaciones de los bancos españoles se encuentre entre los de menor cuantía de la banca europea.

El modelo bancario español (buena supervisión de las autoridades, exceso de provisiones acumuladas en fases alcistas del ciclo, base amplísima de clientela doméstica y diversificación geográfica creciente) ha sido objeto de valoraciones a veces contrapuestas. Quizás en los últimos días se esté empezando a valorar la importancia de haber centrado su estrategia en el negocio bancario dirigido casi en exclusiva hacia el cliente particular, lejos de las ingenierías financieras. En la actual situación, los bancos españoles están en condiciones de comprar a precio de ganga entidades financieras en bastantes rincones del mundo desarrollado, sobre todo si se trata de bancos de inversión, la especie más deteriorada de esta crisis. A lo mejor era el momento de completar esa vertiente, en la que tradicionalmente la banca española ha jugado en la segunda o tercera división.

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La razón depende de lo razonable, de Antonio Alvarez-Solís en Gara

Posted in Derechos, Política by reggio on 18 septiembre, 2008

El autor desgrana en este artículo el contenido de la sentencia del Tribunal Constitucional español sobre la Ley de Consulta promovida por el Gobierno de Gasteiz. A su entender, el fallo adolece de una falsa dialéctica jurídico-política que sólo persigue la negación de la soberanía a cualquier sujeto distinto de la «nación española».

He leído algunos párrafos sustanciales de la sentencia dictada por el Tribunal Constitucional de España en la que se rechaza la petición de consulta propuesta por el lehendakari vasco. En primer lugar me ha sorprendido una vez más que la alta institución jurisdiccional mezcle inextricablemente en su sentencia conceptos jurídicos, morales, históricos, antropológicos, políticos y algunos otros ajenos a la materia estrictamente constitucional a la hora de juzgar. Por ejemplo, la aseveración de que «la nación española es única a indivisible» tiene un regusto teológico que no cuadra en la boca de los magistrados constitucionales. Por lo visto, la naturaleza de las naciones, que es previa y superior a las leyes, depende ahora de la consideración de los tribunales, asunto tan disparatado como si la geología -y la nación es una forma de geología moral- dependiera de los canteros que la pueden modelar a golpe de azuela o de cualquier otro instrumento de corte y percusión. Decía antes que esta perversión conceptual consistente en atribuir a un género de pensamiento lo que pertenece a otro género nos comunica un retronasal absolutamente teológico, al menos de teología oficial española, que suele ser una teología elemental, zafia y aparatosa.

Dicen también los dignos magistrados del Constitucional español que ante la propuesta del Gobierno de Gasteiz para convocar una consulta que desvele con firmeza lo que desea la nación vasca hay que tener en cuenta que toda iniciativa de esta clase es materia de soberanía nacional y esta soberanía corresponde en exclusiva «a la nación española constituida en Estado», con lo que el alto tribunal cubre con capa solemnemente retórica dos errores de bulto: es cierto que la nación suscita el Estado, pero el Estado no puede hipostasiarse con la nación hasta fagocitarla y hacerla desaparecer en el entramado normativo. La nación es permanente, o sea sustancial, y aparece en procesos que frecuentemente duran siglos y el Estado es circunstancial y administrativo. O advenedizo, como en el caso del Estado español respecto a Euskadi.

El segundo error en que incurre frívolamente el Tribunal Constitucional consiste en afirmar que «la nación española es única e indivisible», fórmula que aparte de su retoricismo, que tantas amarguras comporta a los habitantes de nuestro discutible Estado, apareja la cuestión inicial de saber si los vascos son nación española, dejando aparte que los haya engullido el Estado. Esta es la cuestión primacial en el debate: ¿son los vascos nación española? Yo creo que no, como no lo son los catalanes o los gallegos por más que los intereses de sus clases dominantes hayan basculado hacia la monarquía y su secuela, la castellanización. La gran burguesía ha sido siempre monárquica, así como sus adlátares -pensemos en los socialistas-, pues lo monárquico ampara conceptual y usualmente las construcciones antidemocráticas, tan repugnadas por esas gentes.

Hay un tercer error en la sentencia que merece una vez más dos palabras. Dicen los ligeros magistrados del Constitucional que la Comunidad Autónoma Vasca, al igual que las dieciséis restantes del Estado, fue creada en el marco de la Constitución y tiene un derecho de autonomía que no puede confundirse con el de soberanía. La razón esgrimida por el Constitucional resulta absolutamente feble. La Autonomía Vasca tiene unas raíces históricas muy potentes, que derivan de la resistencia a la pretendida, reiterada y nunca conseguida destrucción de la nación vasca. Poner en el mismo platillo la risible Autonomía madrileña, por ejemplo, y la vasca sólo cabe en la razón si la desproveemos de su principal dimensión, que es lo razonable. Convertir en razonable lo que se deriva de una razón tallada artificialmente es la forma habitual del proceder centralista español. El proceso resulta de una simplicidad apabullante. Primero se afirma que en España sólo existe una nación, luego se advierte amenazadoramente que esa nación es indivisible y única y, a continuación, la condena de las nacionalidades catalana, vasca o gallega cae por su propio peso. Basta con instrumentar una falsa dialéctica jurídico-política y revestirla con el proclamado e indiscutible principio de que no se puede hablar de consulta o iniciativa alguna de tal carácter si no se parte de la soberanía española, ya que el contenido de cualquier autodecisión no admite sujetos de otro carácter.

Todo esto, tan elemental de entender si se está intelectualmente dotado con un mínimo dispositivo de análisis, resulta de una terminante y maliciosa radicalidad en manos de tribunales que han instaurado el reinado de los jueces por dejación de los políticos. Los jueces, como sucedió en el Israel del siglo XI a.C., tratan de evitar toda suerte de segmentaciones de la sociedad mediante el establecimiento de una juridicidad que asuma la personalidad de los integrantes de un territorio como miembros de una verdadera y única nación. La cita quizá suene a realidad ya muy lejana, pero la historia está plagada del recurso a los jueces para mantener la verticalidad de un poder que no quiere ser discutido. Posiblemente el origen del símbolo del hacha o de la espada en cuanto se refiere a la función judicial tenga este subyacente propósito de poder fundamental. Los jueces fueron jueces reales hasta la Revolución Francesa y ahora, al parecer, vuelven a serlo en España, dominada por una larga tradición de judicaturas de este estilo.

Todo lo que antecede se desvela como cierto, al menos en una determinada medida, si atendemos a las reacciones de la mayor parte de los políticos en torno a la sentencia del Constitucional. No sólo los jerarcas de Madrid han acogido con alharacas la sentencia del Constitucional, sino que una serie de dirigentes vascos se han apresurado a afirmar que tras la resolución no hay otro camino que olvidar como «pasado» todo esfuerzo en favor de la consulta a los vascos sobre la autodeterminación. Es más, la posible soberanía vasca ha de disolverse, según estos dirigentes, en el concepto de cosoberanía a fin de reducir la cuestión vasca a una política de cosas.

Y al llegar a este punto cabe formular una pregunta de muy difícil respuesta: ¿qué es la cosoberanía? El Partido Comunista vasco integrado en Ezker Batua habla de una fórmula federal para superar el contencioso de Euskadi con España, pero lo federal no es tampoco cosoberanía, sino acuerdo de participación entre dos soberanías del mismo rango y previamente realizadas y reconocidas mutuamente. El federalismo constituye una visión más de futuro tras haber cruzado la ría de la actual dominación estatal. Una visión que podría ser ofrecida en un marco de plena realización del Estado vasco y en caso de que la dinámica internacional exigiera una acumulación de fuerzas. En ese federalismo cabrían potencialmente muchos más pueblos que el vasco y el español. Pero mal se puede federar quien no ha dejado de depender.

La cosoberanía no existe como recurso practicable en la contemporaneidad. Es un recurso medieval, como se comprueba en la fórmula andorrana. La soberanía es un valor absoluto; se es soberano o no se es nada en cuanto se refiere al poder de un pueblo sobre sí mismo. Es como si se hablase de una mayor capacidad de autogobierno. Esta propuesta suena siempre a concesión administrativa. El autogobierno en régimen de autonomía pende siempre del hilo del Parlamento estatal o de sus jueces ejecutivos. Desde luego, la autonomía no deja de constituir un mal menor, pero parece absurdo que un vasco hable de un mayor autogobierno. O Euskadi es nación o es una agrupación provincial con ciertas y débiles capacidades.

Antonio Alvarez-Solís, periodista.

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