Reggio’s Weblog

Si tiene cuatro patas y ladra como un perro…, de Casimiro García-Abadillo en El Mundo

Posted in Economía, Política by reggio on 30 junio, 2008

A FONDO

El Gobierno sigue sin reconocer que estamos en una situación de crisis económica. «Es opinable si hay crisis», dice el presidente en la entrevista que publicaba ayer El País. Aunque hay un cambio (ya no se dice rotundamente que no hay crisis), es un error no reconocer lo que está ocurriendo. Ya diremos por qué.

Algunos de los legos propagandistas del Gobierno confunden «crisis» con «recesión», situación que se produce cuando durante dos trimestres seguidos una economía no crece o reduce su PIB. «Como todavía estamos creciendo», concluyen, «no se puede hablar de crisis».

Desde el punto de vista ortodoxo, una crisis es un desplome de las principales variables económicas. Es decir, una caída del crecimiento, del empleo y de las expectativas de los consumidores y empresarios. El pasado miércoles, alguien tan poco sospechoso de alarmismo como Cándido Méndez, secretario general de la UGT, definió en Onda Cero la crisis como la «antesala de la recesión».

Me vale cualquiera de las dos definiciones. Ahora tenemos en España una caída brusca del crecimiento, que ha pasado en medio año del 3,8% a menos del 2%, en paralelo con una fuerte subida de los precios y de los tipos de interés. El paro está en aumento y hasta el ministro de Trabajo, el solvente Celestino Corbacho, ha reconocido que superaremos el 11%, lo que deja en mal lugar al presidente del Gobierno que, tras las elecciones del 9-M, se atrevió a afirmar que el peor dato de paro de esta legislatura sería mejor que el mejor dato de las dos legislaturas del PP (recordemos que la cifra más baja entonces fue del 10,6%). En la entrevista citada, Zapatero quiso maquillar su afirmación y habló de la media de la legislatura. El caso es que superaremos el 11%.

Además, hay que sumar a todo ello una fuerte caída de la Bolsa, que en este primer semestre ha perdido el 20% de su valor, batiendo su récord histórico de pérdidas.

Por no hablar de la fuerte subida del precio de la gasolina y el gasóleo y de la caída de los precios en el sector inmobiliario.

Estoy de acuerdo con Zapatero en que no es relevante el debate semántico sobre la definición más adecuada a la situación que estamos viviendo. Lo que está claro es que vivimos peor que hace unos meses y que vamos a vivir aún peor en los meses venideros.

Me parece más interesante que nos fijemos en cómo afecta esta situación a una familia media.

En estos momentos, el salario medio de los españoles es de 1.689 euros al mes. En el último año, el aumento de los tipos ha supuesto un encarecimiento medio de las hipotecas de casi 80 euros al mes (960 euros al año). Es decir, que sólo ese efecto ha supuesto una disminución de la renta de ese español medio del 5,6% en un año.

La subida de los productos básicos (según el criterio que utiliza Caixa Catalunya) supone prácticamente el doble de lo que representa el índice de precios al consumo (el famoso IPC). Es decir, que si el IPC, la inflación, ha subido un 5,1% en el último año, los productos básicos, los que más afectan al bolsillo de los consumidores, han subido en ese mismo periodo un 10%. Digamos entonces que esos dos efectos combinados (subida de tipos más inflación) han supuesto un recorte del poder adquisitivo del salario de ese español medio de casi un 16%.

Aceptemos que en el caso de ese español medio se haya producido una subida salarial del 4% (que está en la banda alta de los convenios firmados hasta ahora). Con dicha subida salarial incluida la resultante de los tres efectos (tipos+inflación-subida de salarios) supone un recorte en la renta de los salarios en el último año de un 12% aproximadamente.

Es decir, una disminución de 202 euros al mes para ese salario medio de 1.689 euros.

No está mal. Y eso dando por hecho que nuestro asalariado no se ha quedado en paro, que cada vez afecta a más españoles. Ni tampoco la pérdida de renta suplementaria que tendría si tuviera sus ahorros en Bolsa o hubiera comprado una vivienda en el momento álgido del boom inmobiliario.

Es decir, nuestro español medio ha perdido una renta mensual que equivale a lo que le ingresará Hacienda este mes producto de la devolución de los 400 euros. Medida que tenía como fin reactivar el consumo. Pues bien, para compensar al español medio por su pérdida de renta, Hacienda le tendría que haber devuelto 2.424 euros al año, que es la cantidad en la que se ha empobrecido nuestro recurrente asalariado.

Hablemos un momento de lo que significa esta situación (¿de crisis?) para la economía del país en su conjunto. La deuda de empresas y familias en España supone ahora unos 700.000 millones de euros. Eso significa el 70% del PIB nacional.

En el último año, los tipos han subido 2,5 puntos, lo que supone un coste financiero para el conjunto de esa deuda de 15.000 millones de euros.

Si a eso le sumamos los 25.000 millones de euros que ha supuesto la subida de los precios del petróleo, más otros 10.000 millones por el encarecimiento de otras materias primas, tenemos un coste total de unos 50.000 millones de euros. Es decir, del 5% del PIB nacional. Eso quiere decir que, en el último año, España se ha empobrecido un 5%, considerando sólo los efectos financieros y la subida de las materias primas.

¿Cómo habría que llamarle a esa situación?

El Gobierno sigue empeñado en hablar de «desaceleración» o de «situación muy complicada». ¿Pero por qué hablan de amor, cuando lo que quieren decir es sexo?

Lo importante, como decía, no es la definición de la situación, sino la situación en sí misma. Y la realidad es que nunca se había producido en la economía española durante el último cuarto de siglo un empeoramiento tan brusco y tan profundo como el que estamos viviendo ahora.

Pero, ¿por qué el Gobierno se empeña en negar la evidencia?

Apenas unos meses antes de las elecciones, el presidente Zapatero, despreciando a los que ya advertíamos sobre los nubarrones que nos amenazaban, dijo aquello de que «España está en la Champions League de la economía europea».

Zapatero le colgó a Solbes la medalla del milagro económico que hacía de España el país que crecía más y que generaba más empleo de la UE.

¿Qué es lo que ocurre ahora? Justo lo contrario. España es el país de la UE en el que las expectativas económicas se han deteriorado más rápidamente.

Es decir, siguiendo la lógica futbolística, hemos bajado a la Segunda División de la liga europea. ¿Podríamos, en buena lógica, pedir cuentas al bueno de Solbes?

Sería injusto. En una economía globalizada la situación sólo es en parte responsabilidad de los gobiernos.

Sin embargo, de lo que sí son responsables los gobiernos es de las medidas que adoptan o no para amortiguar situaciones adversas. Zapatero tiene que reconocer la realidad y, después, ser mucho más ambicioso de lo que ha sido en su último paquete económico. El Gobierno debe recortar mucho más el gasto público y rebajar más los impuestos si quiere que salgamos de la crisis. Zapatero tiene que llamar a las cosas por su nombre. Ya saben. Si tiene cuatro patas, rabo y ladra como un perro… es que es un perro.

casimiro.g.abadillo@elmundo.es

© Mundinteractivos, S.A.

Una respuesta

Subscribe to comments with RSS.

  1. […] Si tiene cuatro patas y ladra como un perro…, de Casimiro García … A FONDO El Gobierno sigue sin reconocer que estamos en una situación de crisis económica. «Es opinable si hay crisis», dice el presidente en la entrevista que publicaba ayer El País. Aunque hay un cambio (ya no se dice rotundamente que … […]


Deja un comentario